CIUDAD VICTORIA.- “¡Nombre apá, es puro pedo eso del coronavirus apá! es el pinche gobierno que nos quiere meter miedo pa jodernos apá” era la alegata que el ‘Güero Pipe’ siempre soltaba en medio de sus borracheras a manera de burla.
“Yo se que eso es puro cuento para robar lo que dizque se gasta en medicinas apá” aseguraba entre carcajadas mientras le atizaba al carbon de su asador repleto de carne y alitas de pollo y le daba un trago a su cerveza, en la convivencia que había organizado en su casa con varios amigos.
Esa fue la ultima vez que observaron al ‘Güero Pipe’ carcajearse y bromear.
Hace casi dos meses lo vieron trepar en su camioneta muy preocupado y diciendo ‘Nombre apá me voy a internar al seguro, traigo chingos de vómito y diarrea’. Después de eso su casa quedó sola y solo el foco de la entrada estaba prendido.
Los vecinos de la cuadra se preguntaban donde estaría pues a pesar de ser un ‘hombre solo’ constantemente se le encontraba platicando o echando una cervecita con sus ‘compas’ de la colonia.
Cuando se supo la noticia, les cayó como balde de agua fría a sus amigos de parranda: Se encontraba internado y muy grave en el Hospital General y conectado a un tanque de oxígeno.
“Nombre apá, me fui al seguro y ni supe porque pero no m quisieron atender, y yo con la debilidad, pero mi hermanita me convenció y me fui al ‘General’ y cuando llegué me revisaron, batallaba chingos pa’ agarrar aire” cuenta Pipe.
Pero lo peor estaba aún lejos d ocurrir.
Los médicos al hacerle análisis al hombre de cuarenta y tantos notaron que su estado era muy delicado.
“Usted viene muy grave don Felipe, y pues la verdad, mejor váyase despidiendo de sus familiares” fue lo que le dijeron en el hospital.
‘Güero’ sintió que el mundo se le venía encima pues no podía creer que eso le estuviera pasando a él, que estaba firmemente convencido de que la pandemia y la emergencia sanitaria por el covid-19 era solo una ‘tomada de pelo’.
“Me llevaron a una galera donde están los casos sospechosos, ahí me desvestí y le entregué el celular y mis cosas, y fue la última vez que tuve contacto con el exterior.
Luego me hicieron análisis apá, nombre andaba hasta la madre de coronavirus y pues ni pedo, después de siete días me pasaron a la siguiente galera donde estan los casos confirmados. Ya pa’ ese momento no podía respirar, me pusieron el oxigeno con todo y máscara” cuenta el ‘Güero’ al Caminante.
Pero el dolor que Pipe sentía en su pecho y la debilidad que experimentaba era solo una parte del infierno que estaba por sufrir.
“Llegaban señores y adultos jóvenes y señoras y ni modo, a desvestirse ahi frente a todos, porque a todos se nos quita hasta el morbo cuando estamos en peligro de morir, ya después con la batita que ni cubre nada, ahi se te quita toda la pena.
Estar ahi todo enfermo y saber que a un lado de esa galera esta ‘el trailer de la muerte’ es bien estresante pues te preguntas si mañana seguirás vivo o si ya estarás ahí dentro del congelador esperando que te incineren” confiesa con voz cortada el hombre.
Esos dias que se confunden con noches, Pipe vio a pacientes llegar a mitad de la tarde, y a medianoche ya habían fallecido.
“Se siente bien feo apá, porque siempre te estas preguntando si seras el próximo en ‘petatearte’ llegaba uno y se moría, otros duraban días, y luego ahi sin contacto con el exterior nomas ves pasar a los doctores y enfermeras pues con el traje que parecen astronautas y ni la cara le ves.
Total que en ese tiempo que estuve internado, de diez pacientes que estaban en esa área, solo sobrevivimos dos, los otros se murieron uno tras otro” dice con la voz quebrada el “Güero”.
Fue entonces que el hombre empezó a pedirle con todas sus fuerzas a Dios para que le concediera una segunda oportunidad. Y Dios contestó.
Para medir su progreso se quitaba el suministro de oxígeno y fue contando el tiempo que podía estar sin el. Las primeras veces casi desmayaba. Luego poco a poco notó que estaba mejorando hasta que un dia se pudo bañar solo.
Cuando lo dieron de alta y al salir de la galera y ver de nuevo el cielo azul y el sol sobre él, Pipe confiesa que no pudo contener el llanto de tanta felicidad.
“Hoy me arrepiento y le ofrezco disculpas a todos aquellos que les dije que esto del coronavirus era mentira, mi Dios padre me ha vuelto a dar otra oportunidad, yo ya no veo la vida como la veía antes. Incluso para pagar el tratamiento tuve que vender mi camioneta pero no importa porque ni todo lo material junto se compara con tener otro dia de vida” reflexiona el “Güero” contento por ‘haberla librado’ y pide a Dios que nadie mas tenga que vivir lo que el experimentó.
JORGE ZAMORA
EXPRESO – LA RAZÓN