No quiero ser aguafiestas, pero, aunque todo Tamaulipas está ya en fase dos de la pandemia por el coronavirus, a pesar de que ya se reaperturan salones de eventos, cines, iglesias y gimnasios, y que la política está más incandescente dejando atrás la cuarentena, parece que esta tierra bendita que un día 6 de octubre fundó el Conde de Sierra Gorda Don José de Escandón y Huelguera, no tendrá fiesta. Podrán lanzarse serpentinas, pero no hay mucho que celebrar.
Victoria, ciudad que fue limpia y amable, es otra vez la manzana de la discordia. Parece cíclico, de nuevo registramos tiempos inéditos. Sin embargo, si nos unimos al círculo de los optimistas, podremos decir que no importa más lo pasado, que Victoria ha podido superar a más Xicos en otros tiempos, igual un Eugenio, Arturo, Oscar, Miguel pasaron por el 17 con más pena que gloria, todos son más recordados más por sus fechorías que por su trabajo.
Lamentablemente el retroceso que hoy vivimos no es sólo consecuencia de un par de años de mala gestión municipal. Como almas en pena, venimos arrastrando cadenas de amargura desde trienios atrás.
Pero dijimos optimistas, así que por fin se acabará el desgaste de las redes sociales que pedían a gritos la salida del edil, lo que ocasionaba un mal humor ciudadano generalizado.
Ni los que votaron por él estaban contentos. Los victorenses hicieron presión para que estallará el ayuntamiento, la política entró en acción y se resolverá en breve quien sustituye al Doctor. Quien sea seleccionado, recibirá una ciudad que además de estar sumida en la desgracia del nulo progreso, tiene una ciudadanía más demandante, crítica y activa, sobre todo en la red.
Nunca como ahora se había atacado tanto a un alcalde, jamás se había vaciado tanta tinta en contra, ni tanto lenguaje soez sobre un inquilino del 17, el bullying que aguantó este personaje no lo tiene ni el Peje, será recordado como el que abrió la puerta a la crítica irruptiva.
¿Qué pasará ahora? ¿Mañana se resuelve el problema de la basura? ¿Empezará un ambicioso programa de pavimentación asfáltica? ¿Todas las casas de la ciudad tendrán agua salubre? ¿La mujer o el hombre que llegue tendrá el recurso, tiempo y disposición para arreglar tanto desorden? Sólo el tiempo lo dirá.
Y aunque hoy en muchos portales, periódicos y Facebooks se refleja la alegría por la salida de Xico y toda su familia, no deberíamos gozar con la tragedia comunal, la ciudad es de todos, las decisiones nos involucran a todos y así como se ha avanzado en hacer más denuncia pública, debemos avanzar hacia la reflexión individual, la vecinal y familiar.
¿Qué tal anda todo por casa? ¿Qué tan buenos ciudadanos somos con nuestra casa común? ¿Ya cuidamos el agua? ¿No tiramos basura en la calle? ¿Respetamos los horarios del camión recolector de basura? ¿Y nuestras mascotas, andan en la calle o las tenemos en buen resguardo? ¿Qué tal andamos manejado? ¿Respetamos las reglas viales?
Estamos por conmemorar los 270 años de fundación de nuestra muy mal querida Ciudad Victoria, que nació con el nombre de Villa de Santa María de Aguayo y que en 1825 alcanzó la categoría de Capital del Estado de Tamaulipas con el nombre del primer presidente de México, Guadalupe Victoria.
Dejemos el encono y demos paso a la reflexión ciudadana. Entramos a octubre, sin festejos, sin feria, sin alcalde, sólo con la alegoría ruidosa que produce la política. Que viva Victoria, la perla tamaulipeca.