Ahora que está muy de moda que los políticos se quieran poner la camiseta de feministas, que afirmen que están de nuestro lado, que respetan a las mujeres nada más porque tienen madre, hermanas e hijas, las colectivas mexicanas inician una campaña para contrarrestar esta otra “infodemia”, ese virus que se incrusta en el discurso político justo en el inicio de la propaganda electoral, con el que pretenden hacernos creer que rompen con el pacto patriarcal.
Ayer el PRI Nacional en sus redes sociales empezó a mover la etiqueta “Ley Quemón” y en su perfil escriben “somos
el partido de las mujeres”. El mismo viejo PRI que mantuvo toda su vida a un líder sindical que le dijo a un reportero “présteme a su hermana” o a otro que aún tiene abiertas carpetas de investigación por red de prostitución en la CDMX; la misma legión que puso de jefe político en Tamaulipas
a un bailarín, terror de las quinceañeras.
Por eso, las benditas redes sociales, que no olvidan nada, respondieron a ese tuit con todos los recuerdos, en fotos y videos, de las fechorías de muchos priístas.
Pero no son los únicos que visten piel de oveja, el mismo presidente, el primero que llega por un movimiento que tardo años en consolidar, jura casi todas las mañanas que apoya, como nunca antes, a las mexicanas. Pero ahí están las colectivas para reprocharle sus mentiras.
Todos los políticos que van a jugar el partido del 2021, estarán igual, poniéndose una camiseta o moño rosa o morado, o el pañuelo verde o el rojo, se retratarán más con las féminas y explotarán al máximo el lenguaje inclusivo: todos y todas, mexicanos y mexicanas. Pero los que juegan nuevamente por otro puesto político, ya han tenido la oportunidad más de una vez, de legislar o actuar en defensa de los derechos humanos de las mujeres, pero no lo hicieron, por el pacto patriarcal del sistema político machista.
¿QUÉ ES EL PACTO PATRIARCAL?
Colectivas como Sorora.mx y Brujas del Mar coinciden en recordarnos que es una “serie de acuerdos implícitos entre hombres, donde se reconocen a sí mismos como iguales y como sujetos de derechos, sobre y en ventaja de las mujeres”.
“Es una alianza basada en la complicidad y el silencio, donde los hombres se protegen, legitiman y excusan sus actitudes y acciones misóginas, sexistas y homofóbicas”.
Por ejemplo, en lo muy normalizado, cuando se trata de acoso hacia la mujer en la calle, la oficina, o espacio público, se puede dar una mirada cómplice entre dos individuos, unos más guardan silencio, otros hacen chistes y hay quienes recriminan a la mujer por su forma de ser, se escudan entre ellos para justificar sus conductas. Lo mismo pasa ahora en la era digital, el acecho hacia la mujer se comparte en memes, fotos, videos o audios.
Para la antropóloga argentina, Rita Segato especialista en temas de género, el enemigo no son los hombres, es el patriarcado como orden político.
El pacto patriarcal no se elige, se adquiere en la socialización de ser hombre, “la fraternidad o cofradía masculina que devora a las mujeres, sella su pacto de silencio con la complicidad colectivamente compartida de las ejecuciones horrendas de un pacto de silencio capaz de garantizar la lealtad inviolable un pacto de sangre, en la sangre”
¿Cuántos de los candidatos pasan el filtro de no traer cola que les pisen? ¿Cuántos puede ver de frente a las mujeres, sin tantita pena? ¿Cuántos hombres están dispuestos a romper el pacto patriarcal?.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE