Por fin es viernes, y aunque dicen por ahí que el cuerpo ya no lo detecta y si lo sabe ni le interesa, porque todos los días cuarentenarios son los mismo, llegar al fin de la semana inglesa es como un bálsamo para muchas personas, que, como yo, supongo hartos del tiempo que nos toca registrar.
El estrés por la incertidumbre está a tope, somos presa fácil del caos que reina en la desinformación, estamos cansados del virus que llegó para quedarse y que infecta todo lo que toca, del que dicen nadie nos salvamos y no hay vacuna.
Muy a nuestro pesar, hemos sobrevivido y aprendido a convivir con ese bicho, que altera, que enoja y que hoy nos tiene contra las cuerdas. Es un mal metido hasta el tuétano, por lo que se hace inmune ante la nueva normalidad.
Y no estoy hablando del Covid 19, ese algún día tendrá cura, estoy segura. Lo que nos tiene estresados es la otra pandemia: la competencia política que todo lo complica.
De un día para otro amanecemos con más partidos políticos, de pronto regresan políticos que creíamos finados, pero solo andaban de parranda, otros dan patadas de ahogado defendiendo a partidos nonatos que no llegaron a ser franquicia; mientras que el partido que ostenta el poder esta fracturado, pero vivito y coleando, y que nos ofrece un espectáculo a tres pistas en la actual temporada en que se compite por su dirigencia. Pero, lo que Calderón no logró, si lo hizo la hija y yerno de la maestra Elba Esther, que sacaron su nuevo partido RSP; igual alcanzó registro el Fuerza Social.
Mientras eso pasaba en el INE, la comparecencia de Esteban Moctezuma se perdió en los medios, porque nos dolió más que PROFECO nos quitarán el queso y el yogurt, que lo que le pasa a la nueva escuela mexicana que de nueva no tiene nada, es puro repaso en televisión y todos pasarán de panzazo. Lo más relevante que sostuvo el responsable de la educación nacional ante el senado, fue su cubre bocas, del cual dijo lo mantiene puesto para dar el ejemplo. No como otros, que le hacen el “fuchi, wacala” al tapabocas y luego se les va la lengua.
Y así, como si tuviera la cola corta, el presidente se mandó hacer un estudio de medios, para evaluar las noticias de los dos primeros años de sus antecesores y compararlas con las de su incipiente gestión, por enésima ocasión, se dice el más golpeado por los columnistas, y lo sostiene con listado en mano.
Lo que me llamó la atención de ese estudio de medios, es que se presentan como líderes de opinión a 60 comunicadores hombres y solo dos mujeres. Ese es el dato importante, que se nos vuelve a perder por andar mirando las formas y no el fondo del México desigual.
Todos hablan ahora de la lista de los columnistas más influyentes en la opinión pública nacional y lo que ellos ven, en ambos bandos, son ataques, lo que yo veo es la escasa participación que tiene la mujer en la agenda mediática nacional.
Pero, albricias que es viernes, eso significa que sábado y domingo no hay mañaneras.
¡Ah! como me gustaría tener unos tenis fosfo fosfo, como los de Mariana Rodríguez, para que me importará un comino los que hacen los políticos, como a ella su esposo el Senador Samuel García, que se la vive de influencer y cómico involuntario.
Un par de chanclas mágicas que me hicieran volar la imaginación, para sentirme en el país de las maravillas, ese que sólo ven los de la 4T.