Llegó el fin del verano y toca celebrar a las Brujas. Es una tradición global que se ha tropicalizado con las costumbres de cada país. Y aunque la creencia popular es que nos trajimos el Hallowen de Estados Unidos, la historia no va precisamente así, un reportaje de la BBC de Londres nos recuerda que este término anglosajón viene de la frase “All Hallows Eve” que se traduce como “día de todos los santos” o santas.
La conmemoración que antes era para rendir tributo a la tierra, a las cosechas y a los difuntos, ahora es meramente comercial, una fecha más para hacer fiestas paganas. Además, entre tanto cuento, se cosificó el término de brujas, que no de brujos, para denostar a las santeras y sembrar miedo en torno a una figura femenina maligna, capaz de envenenar niños y crear caos en la noche de celebración.
Pero hoy México es diferente, hoy todas somos brujas, unas de tierra, otras de mar.
Apenas el año pasado, la colectiva Brujas del Mar se consolidó como una agrupación que abandera las luchas de las mujeres en todo el país, son veracruzanas que irrumpieron en la escena mediática para levantar la voz por todas las mexicanas, las desaparecidas, muertas o violentadas. Su activismo tenaz las mantiene como ejemplo de sororidad, contra viento y marea. Las han acusado de ser políticas de derecha o contras de la 4T y hasta de recibir patrocinios para animar a la resistencia y a la movilización con ideologías partidarias. Nada más alejado de la realidad, son ciudadanas en pleno ejercicio de su derecho a la libre manifestación de sus ideas.
Lo que sí es verdad absoluta y eso molesta a muchos políticos, es el prestigio internacional que las Brujas han alcanzado, se constituyeron en el 2019 y en este 2020, Arussi Unda, la vocera de la colectiva ha sido nombrada ya en la lista de cien personas más influyentes del año por la revista Time, por el alcance que lograron con la convocatoria del primer Paro Nacional de Mujeres el 9 de marzo y su gran labor de sensibilización sobre el feminismo y la lucha por los derechos humanos de las mujeres.
Precisamente en marzo de este año, tuve la oportunidad de entrevistar para Radio UAT a Noemi Tolentino de Brujas del Mar, me platicó del origen y motivación de la colectiva que iniciaron cerca de 30 mujeres, todas disímbolas unas jóvenes o estudiantes, otras madres, trabajadoras, unas víctimas de violencia otras con historias cercanas, pero todas preocupadas por las altas tasas de feminicidios y la violencia creciente hacia la mujer, se juntaron y decidieron emprender un duro camino para enfrentar un sistema patriarcal que nos agobia, ahora están más fuertes que nunca, más maduras y con más acción colectiva, han creado alianzas que las fortalecen y sus mensajes llegan allende nuestras fronteras.
Las Brujas reconocen que no son las únicas, ni las primeras que enarbolan causas feministas en México, conocen la historia de pioneras y antecesoras que lograron por ejemplo el voto femenino, reformas educativas, sexuales, laborales y sociales, pero a pesar de estos logros, persiste en esta era el acoso sexual, las violaciones, desapariciones y el feminicidio, delitos que van en aumento y muchos se quedan impunes.
Salieron del mar a una lucha terrenal “Debido a la facilidad con la que arrebatan la vida en este país, la falta de justicia, la revictimización por parte de las instituciones, el poco interés a la prevención y el amarillismo por parte de los medios para alimentar el morbo, normalizando la violencia, la furia de las mujeres es cada vez más fuerte, cada vez estamos más unidas y dispuestas a no volver a callar, motivando a las más jóvenes a levantar la voz, marcando una pauta para las siguientes generaciones” apunta una de las Brujas.
Y vaya que han conseguido mover conciencias, suman adeptas y se olvidan de las diferencias teóricas sobre el feminismo, es más, convocan también a las que no son feministas, porque las problemáticas de género afectan a todas.
Este 31 de octubre, las redes se inundarán de memes sobre las brujas, retratarán a las maléficas, harán bromas misóginas sobre las “esposas” o “novias”, quizás una que otra política. Pero gracias a las que vinieron del Mar a cambiar nuestra historia, este cuento tendrá otras narrativas, más sororas y feministas.
Yo estoy del lado de las Brujas.