Los primeros que tienen el deber de respetar, velar e impulsar las leyes son los diputados locales, pero parece que algunos olvidaron cuál es su verdadero y delicado papel que deben observar y desempeñar desde el interior del Congreso del Estado.
Sin embargo, ese sería el panorama ideal de un lugar que se dedica a generar y adaptar leyes, pero no es la naturaleza que priva en la humanidad de algunos de los legisladores, pero no queremos generalizar.
Es el caso concreto del diputado panista por uno de los distritos de Reynosa, ALBERTO LARA BAZALDÚA, un líder de maquiladoras.
Sin embargo, el PAN no checó el historial de abusos y traiciones que estaban atrás de su liderazgo en el sector maquilador.
Llegó como todos, ofreciendo respetar y defender los derechos laborales, pero no fue así, pronto enseñó el cobre y empezó a vender los movimientos obreros.
Sin embargo, lo peor sucedía en las oficinas de la dependencia, donde se tejen historias de hostigamiento y maltrato particularmente a las mujeres que buscaron su ayuda en busca de empleo.
LARA ese comportamiento lo conserva en su rutina personal, no cambia su forma de ser y se reflejó durante la sesión en el Congreso del Estado donde se dedicó a atacar a sus compañeras legisladoras.
Particularmente a la diputada local del Movimiento de Regeneración Nacional, LETICIA SÁNCHEZ GUILLERMO, cuyo pecado fue presentar una iniciativa que propone la creación de la Secretaría de Cultura en la administración estatal.
LARA es el presidente de la Comisión de Cultura y se ofendió de que una legisladora con mayor sensibilidad e iniciativa se haya atrevido a presentar una propuesta que buscaba el crecimiento y desarrollo de la sociedad a través del arte. LARA lanzó ataques misóginos contra SÁNCHEZ GUILLERMO, al asegurar que no tiene los tamaños para hacer una propuesta de este tamaño.
En tono burlón dijo que la diputada casi es una analfabeta de la cultura, pues ni siquiera conocía un teatro.
Este es un comentario por demás hiriente y nada propio de un hombre que debe respetar
e impulsar las leyes, pero por el contrario le gusta pisotear la dignidad de las mujeres.
No es la primera vez que LETY SÁNCHEZ sufre una embestida misógina de algunos de los diputados del PAN, particularmente de LARA, que carece de argumentos para defender sus puntos de vista y cae en el insulto fácil y obsceno.
Pero que podemos esperar de un diputado local que tiene fama de ser un depredador sexual en el sector maquilador de Reynosa, pero también en el Ayunamiento lo conocen demasiado y unas fotografías de una sus visitas en Cuba delatan sus amoríos y desvaríos.
LARA si conoce el teatro, como líder sindical es patrocinador de obras que se presentan en su foro y en estos momentos anda loco e ilusionado como productor de la obra llamada “Vulvísima”, que es casi un plagio de “Los Monólogos de la Vagina”.
Podrán decir lo que quieran, pero hoy el diputado LARA esta enloquecido por una “Vulvísima”.
Los hechos lo condenan, su entusiasmo lo salva, pero su pasión lo hunde.
Las mujeres deben de poner un alto a un legislador misógino y cobarde que se la vive atacando a sus compañeros y pisoteando la dignidad de las mujeres obreras a las que juró defender y representar.
La violencia de género está presente en el Congreso y en sector maquilador, se extrañan las voces feministas.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
POR JUAN ANTONIO MONTOYA BÁEZ