La primera señal no fue buena para una futura alianza del PAN y PRI en Tamaulipas, pero tampoco la segunda fue positiva.
La primera la envió el presidente, no líder del PAN, en la entidad, LUIS RENÉ “El Cachorro” CANTÚ GALVÁN quien en su última entrevista en El Expreso señaló tácitamente que no están interesados en una alianza con el PRI en Tamaulipas, al considerar que tienen la fuerza suficiente para ganar la elección en solitario.
Aunque, aclaró que sí a nivel nacional bajan la instrucción para que marchen unidos con el PRI, aceptarán y realizarán las negociaciones pertinentes para que puedan obtener la victoria en todos los municipios y distritos en juego. No es necesario decirlo, pero es casi un
hecho de que el “El Cachorro” CANTÚ no será el responsable de dirigir la elección, pues como suplente de GERARDO PEÑA FLORES, actual coordinador de la bancada azul, será llamado al Congreso del Estado.
PEÑA es casi el candidato del PAN a la alcaldía de Reynosa y sí le preguntarán sí está a favor o en contra de la alianza seguramente su respuesta será a favor de unir fuerzas, pues está en juego la gobernabilidad de Tamaulipas en su último tramo, pero también la del país.
PAN, PRI, PRD forman el bloque opositor que busca una alianza para contrarrestar el enorme poder que tiene Morena en el país y solamente lo podrán hacer sí obtienen una mayoría en el Congreso federal, pero para su desgracia todas las encuestas favorecen a Morena con el 52 por ciento de aceptación para su líder, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Otra mala señal fue la que nos dijo el presidente del PRI, EDGAR MELHEM SALINAS quien nos afirmó que la alianza con el PAN depende y mucho de la forma que terminarán las negociaciones en Nuevo León. Con el cerro de la silla como testigo de la ambición partidista entre el PAN y PRI, finalmente no lograron un acuerdo y se vino abajo la pretendida unión entre ambos partidos.
Fracasaron por el hecho de que ambos institutos marchan en condiciones similares en las preferencias electorales y consideran que tiene la posibilidad de alcanzar la gubernatura, por lo que quieren la posición estelar. Ni el PAN, ni PRI cedieron.
En el caso de Tamaulipas no existe ese problema, el PAN tienen la hegemonía, el PRI lo sabe y entiende, pero también entiende que sus pocos o muchos puntos de simpatizantes cuentan y mucho para una victoria electoral.
Un ejemplo es Reynosa, donde existe un empate técnico entre PAN y Morena, pero el PRI con sus cinco puntos, son más que suficientes para hacer la diferencia en el conteo final.
EDGAR MELHEM SALINAS por ejemplo aceptaría la candidatura de una alcaldía que fuera complicada como Matamoros y una donde sus posibilidades de triunfar fueran más grandes como Altamira o Victoria. El líder del PRI considera que por sí mismos podrían ganar al menos seis alcaldías, pero si marcharán juntos podrían alzarse con la victoria en un municipio importante, aumentar su cosecha de votos lo que les permitiría obtener mejores prerrogativas y enfrentar con mayor éxito los comicios en un futuro. Le mesa esta puesta en una posible alianza donde todos hablan, todos quieren y poco ofrecen.
PAN y PRI tendrán la palabra en una negociación donde hasta la gubernatura se pone en juego para el 2022.
Las primeras señales son negativas, pero en la política todo es contradictorio y lo que no parece, se dibuja en medio de signos, señales y ofrecimientos.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
POR JUAN ANTONIO MONTOYA BÁEZ