MÉXICO.- ¿Por qué se le llama “otaku” a un fan del ánime y del manga? ¿Por qué en ciertos contextos esta palabra puede representar un insulto o acarrear cierto estigma? Te explicamos a continuación.
Desde los ochenta, la cultura popular japonesa ha tenido un éxito arrollador en todo el mundo. Su narrativa gráfica animada (ánime) o en papel (manga) convoca a millones de personas alrededor del mundo. A estos fans se les llama coloquialmente “otakus”. Aunque la palabra a grandes rasgos puede resultar inofensiva, bajo ciertos contextos es un insulto lleno de prejuicios.
La palabra se extendió en los ochenta en Japón. En rigor, “otaku” es el pronombre formal de la segunda persona, semejante a “usted” en español. Hasta la fecha hay dudas sobre cómo se empezó a usar para designar a los fans del ánime y el manga.
Algunos académicos apuntan a la serie Super Dimensional Fortress Macross, donde los personajes se llaman los unos a los otros “otaku”, en un habla sumamente formal. Otros sugieren que la palabra surgió por la forma en que los fans del ánime se hablaban entre sí.
Desde que su uso se impuso, otaku empezó a tener cierto matiz peyorativo por su carácter a veces antisocial; los otakus japoneses venían a ser un símil de los “nerds” occidentales. Pero la palabra cargó un estigma definitivo a partir del caso de Tsutomu Miyazaki.
El “asesino otaku”
Miyasaki tenía 27 años cuando fue arrestado en 1989. Se le encontró culpable de haber secuestrado, asesinado y mutilado al menos a cinco niñas. En su casa se hallaron miles de cintas de video con material pornográfico y gore. Aunque en su mayoría se trataba de ánime explícito, entre las cintas había grabaciones de las menores asesinadas.
Pronto los medios lo bautizaron como “el asesino otaku” y el juicio sobre su figura se extendió sobre la comunidad lectora de mangas. Tsutomu Miyasaki fue condenado a muerte. Murió en la horca en 2008, casi 20 años después de su detención.
Investigaciones recogen cómo en los noventa, luego de la detención de Miyasaki, la palabra “otaku” empezó a tener un significado peyorativo. Esa mala fama viajó allende los mares y llegó a Estados Unidos, como lo recoge en un artículo el diccionario Merrian-Webster.
30 años después, los fans del ánime siguen siendo llamados otakus en buena parte del mundo. Cierto estigma sigue vigente, aunque diluido también en otros términos como “hikikomori”, que refiere a los jóvenes japoneses que, ya sea por falta de oportunidades o por rechazo social, permanecen en su cuartos. Reclusos voluntarios, los hikikomoris suelen ser, tambien, otakus.
CON INFORMACIÓN DE NOTICIEROS TELEVISA