Hubo una vez, hace más de dos décadas, que yo tampoco entendía porque debía reunirme con otras mujeres para analizar los medios de comunicación con enfoque de género, las oportunidades de desarrollo profesional que se nos escapaban de las manos por ser mujeres, la brecha salarial y el acoso en las redacciones; no entendía para qué me servirían los cursos de lenguaje no sexista, qué chiste tenía capacitarme en estadísticas de género, o cruzar el atlántico para conocer en otras tierras la organización de mujeres periodistas. Quizás entonces veía todo solo “Detrás de mi ventana”, desde una zona de confort que me daba tranquilidad laboral, estabilidad social y cierta paz mental, pero desperté y no ocupe un ser divino, simplemente elegí estar del lado de ellas, de nosotras, las mujeres.
Al empezar a documentarme sobre los movimientos feministas que nos antecedieron y conocer de cerca, tres casos de compañeras agredidas en el ejercicio de su labor, el entorno me empujo a pensar que “la maldita primavera” que a una le toca vivir, afecta a todas; que “cuando baja la marea” se nos muestra una estructura de dolor
y debemos activar un mecanismo de defensa; dejar de soñar con “El osito panda” y no engañarnos más al mirarnos en “El espejo”. Porque con “El apagón” nos suceden cosas y no debemos seguir “Con los ojos vendados”.
Tengo personas cercanas que dudan de la fuerza del feminismo y debemos dejar en claro que la lucha por los derechos de las humanas no es cuestión de religión, ni de ideología, menos un club para contar historias de ellos y contra ellos, las mujeres nos unimos para fortalecernos frente un sistema patriarcal bien estructurado y arraigado en mentes masculinas
y femeninas, que nos excluye, nos hace daño, nos oprime.
No nos une una fuerza “Sobrenatural”, es sororidad y humanismo. Nosotras si vemos la tempestad, pero no nos hincamos.
Las expresiones antifeministas, desde la fama y el privilegio, de la cantante Yuri, una mujer que reconoce que ha sido violentada, que sufrió abusos sexuales, físicos, económicos y emocionales, que tocó fondo, tienen una respuesta muy emotiva en palabras de “Las Brujas del Mar”, colectiva feminista que ha sido honrada internacionalmente por el activismo civil en defensa de las mujeres.
“Querida Yuri: El feminismo, con su grande historia de más de tres siglos, es el que nos ha dado los derechos que hoy gozamos. Tú incluida. Entendemos que muchas hayamos ignorado esto por tanto tiempo, nunca nadie nos contó que por cada derecho hubo una lucha, que no se nos otorgaron, sino que fueron batallas ganadas de muchísimas mujeres que sin siquiera conocernos ya pensaban en un mejor futuro, uno más justo, para todas nosotras.
Hoy la lucha es por las vidas de las niñas y las mujeres, para no ser valientes al salir de casa, ni dentro de ella, sino libres. Para nosotras no existe cosa más digna. Los monumentos son erguidos para representar la liberación y la justicia de los pueblos, cuando la mitad de la población está sometida, violentada, desparecida, golpeada, torturada, desmembrada y asesinada, comprenderás que para muchas no significan ya nada. El mundo entero habla de las problemáticas que conllevan nacer mujer en este país, de la violencia, la omisión, el sufrimiento de miles de familias y la impunidad.
Te pedimos, por favor, que sensibilices ese corazón y pienses en todas las niñas y mujeres que sufren esta violencia que nos arranca a once hermanas a diario.
Esas que salen a rayar monumentos, pondrían el cuerpo también por ti, aunque no te gusten sus formas y representan para muchas un poco de luz entre tanta oscuridad. Las cosas sí están cambiando y son gracias a la resiliencia, resistencia y valentía de las que decidieron plantarle la cara a este problema, convirtiendo el miedo en amor para otras mujeres y en un mundo que parece odiarnos se necesita. Te esperamos de este lado, el de las mujeres, cuando estés lista”.
Reproduzco la misiva para todas mis amigas, las hermanas, las compañeras, las conocidas, las lejanas, las empáticas o no con el movimiento feminista, yo también las espero a todas, de este lado, cuando estén listas.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE




