Tras el anuncio realizado por el presidente López Obrador, en el que señaló que Esteban Moctezuma Barragán será el embajador de México en los Estados Unidos, sustituyendo a Martha Bárcena, quien solicitó su jubilación, la semana pasada fue nombrada Delfina Gómez Álvarez, secretaria de Educación Pública.
En tanto se cumple con todo el procedimiento diplomático, incluida la solicitud de beneplácito al gobierno de los Estados Unidos, Moctezuma Barragán, habrá de encargarse de preparar el regreso a clases en los estados que es posible hacerlo porque están en verde y se pueden iniciar clases, también en los estados con semáforo amarillo, en donde pueden empezar ya unas actividades escolares teniendo como centro, como eje la escuela, para iniciar el camino a la normalidad.
En su conferencia matutina, López Obrador destacó que Delfina Álvarez podría ser no sólo la primera mujer en encabezar la SEP, sino también la primera docente de primaria en hacerlo.“Tiene la experiencia de ser maestra. Yo creo que nunca había ocupado la Secretaría una maestra de primaria, desde luego había universitarios, pero nunca una docente de primaria y mujer”.
El nombramiento generó reacciones de distinto tipo. Representantes de la oposición argumentaron que en este gobierno, “lo que menos importa es la capacidad. sí la lealtad a ciegas”. Hubo quienes recordaron las críticas por haber cobrado “el diezmo” cuando era presidenta municipal de Texcoco, incluso, elucubraron sobre posibles intenciones de incidir electoralmente desde la dependencia.
Quienes la defendieron destacaron su experiencia profesional, pues en ella se conjugan tres elementos importantes para dirigir la SEP: la docencia en aula como normalista, haber sido dirigente sindical y una carrera política en distintos ámbitos. La Coparmex advirtió que en materia educativa se corre el riesgo de “perder la continuidad en un momento decisivo”, especialmente cuando debe hacerse una evaluación a los estudiantes después de casi un año de que las clases han sido vía remota.
Adicionalmente, el regreso a las aulas, donde la educación presencial implicará el enorme reto de desarrollar complejos protocolos sanitarios, proteger a los niños y garantizar un acuerdo estable con los maestros para implementarlos. Mas allá de las críticas hacia la persona y los retos que presenta la coyuntura, lo cierto es que México sigue presentando graves deficiencias en materia educativa, que, tristemente no logra resolver.
La falta de un acuerdo político sostenible en esta materia ha traído y llevado cambios constitucionales que han afectado el futuro de generaciones enteras. En 2017, la OCDE señalaba que México tenía el peor desempeño en el aprendizaje de ciencias, lectura y matemáticas. Así mismo, subrayaba que entre los principales retos para el país se encontraban: 1) Las malas condiciones y falta de mantenimiento en las escuelas; 2) Problemas en la capacitación de los maestros; 3) Control de la disidencia sindical en los instituciones educativas en cuatro estados y 4) La exclusión que padecen miles de alumnos que no pueden concluir sus estudios.
En noviembre de 2020, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, publicó que uno de los principales retos del Sistema Educativo Nacional es disminuir la desigualdad prevaleciente: “La población en pobreza tiene casi cinco grados escolares menos que la población no pobre; los hablantes de lengua indígena tienen un grado de escolaridad de 6 años (equivalente a primaria completa), la población no indígena de 9.6 años (primer año de media superior) y la población con alguna discapacidad cuenta con un promedio de escolaridad que no llega a sexto de primaria”. A la maestra Delfina habrá que darle el beneficio de la duda.
Lo verdaderamente relevante es que su nombramiento al frente de la SEP pondrá a prueba a la #SociedadHorizontal que ha empezado a nacer en el país.