Abrir bien los ojos, los oídos y todos los sentidos para no equivocar las decisiones, deberá ser la consigna para este año electoral, de nuevo partidos y políticos preparan sus estrategias verbales para anunciar sus intenciones de velar por nuestra seguridad, por los más pobres, por las más vulnerables, porque todos tengamos agua y servicios básicos, por todo lo que prometen cada vez que van por un cargo de elección popular. Y siguen siendo los mismos, solo se cambian de camiseta, pero no cambian ellos.
En la alegoría del fin de año los memes nos animaban a cambiar nosotros, “no esperes que cambie el año, cambia tú mismo” decían, pues entrando al terreno políti- co vamos igual que siempre, los mismos personajes que nos han fallado una y otra vez, las mismas caras sin pudor y sin vergüenza, ofreciendo hacer lo que nunca han cumplido. Es el viejo nuevo sistema político que se niega a cambiar.
Sin embargo, si hay esperan- za y esta puesta en las mujeres, como una vez lo hicieron las sufragistas, hoy es tiempo de las feministas, lo marcaron desde el 2020: el futuro será feminista o no será. Y no son frases vanas, co- lectivas ciudadanas han realizado trabajos de investigación serios y contundentes para sustentar iniciativas que ya son ley en este país, lo que permite mayor par- ticipación de las mujeres en las decisiones públicas.
Aunque las integrantes del gabinete federal, el primero en la historia en constituirse de forma paritaria, dejan mucho que desear por su fe ciega al jefe, en el legislativo si hay voz y voto de mujeres empoderadas que tejen redes de apoyo para las femi- nistas, desde ahí es que se están consolidando los espacios y la nueva gobernanza que busca la igualdad sustantiva.
Para las candidaturas locales ya se están poniendo de moda las mujeres, aunque en algunos casos son las mismas caras, pero con diferente blusa, en otros segu- ramente conoceremos nuevas intenciones, pero en todas las propuestas va a ser muy intere- sante valuar su carrera política con enfoque feminista, porque no es lo mismo cumplir con la cuota de género, que trabajar por el género.
La lucha por la defensa de los derechos de las humanas es cons- tante desde el lado ciudadano, se precisa entonces que los espacios políticos que hoy se abren, (gra- cias a las colectivas feministas, no lo olviden) respondan a los compromisos que del movimien- to nacional de las mujeres.
Los varones también debe- rán cambiar su discurso, pero habrán de ser cautelosos sobre todo cuando pretendan el voto femenino, ojalá lean, entiendan y atiendan la ley 3 de 3 que ava- laron todos los partidos, que sea como un código que traigan bajo el brazo, porque siempre hay un pasado que los puede alcanzar.
El alboroto por un sueño político ya comenzó y aunque es incipiente el proceso es momento de abrir más los ojos, no volva- mos a elegir más mentirosos y faltos de ética como los funcio- narios que tienen que ser defen- didos por el presidente, uno por falsificar documento y el otro por no atender las formas de sanidad emergentes.
¿Si imaginan, si el presidente defendiera a las mujeres como defiende a este par? Seguramente se habría bajado la tasa de femi- nicidios y de violencia doméstica, además, los recursos públicos se etiquetarían con equidad de género. Es sólo un sueño. Mujer, vota por quién te defienda como defienden a Bartlet y Gatell.