Durante la homilía Monseñor, Armando manifestó que muchas veces en nuestra oración, las cosas queremos que se hagan según nuestra voluntad, que la vida de las personas dependiera de milagros o intervenciones extraordinarias de Dios.
“tenemos que trabajar cada día para vivir en plenitud de estas palabras, porque si es difícil comprenderlas es aún mucho más difícil vivirlas y hoy nosotros vivimos muchos acontecimientos contradictorios, contradictorios según nuestro pensamiento, según nuestras formas de ver la vida, de amar y de ver las personas”
indicó.
Por Mario Prieto/ La Razón.