Vaya rebatinga la que se vive actualmente en el primer cuadro de la ciudad, especialmente en los alrededores del mercado Argüelles con la reubicación temporal de las famosas «Gorditas de la calle 7».
Las obras de pavimentación en esta arteria han generado una serie de reacciones de los comerciantes tanto de puestos fijos y semifijos como de los establecidos.
Quienes muestran mayor molestia son los que se dedica a la venta de alimentos como gorditas y flautas.
El reacomodo provisional ha causado fricciones pues el espacio cedido por establecimientos del mercado Argüelles en cajones de estacionamiento es limitado y cada vez se ven mas «apretados» y con menos «cancha» para maniobrar.
«El señor de esta frutería nos dió chance de ponernos aquí solo dos puestos y ese otro que ve ahí se vino a poner sin permiso y eso es una falta de respeto» comenta uno de los comerciantes al Caminante.
Otros se plantaron por la calle Morelos entre el 6 y 7 y unos mas se treparon a la acera.
Y aunque el reencarpetado en el 7 entre Juárez e Hidalgo presenta un avance del 80 por ciento todavía no se sabe a ciencia cierta cuando regresaran a su tradicional ubicación.
Tambien llama la atención que la dueña de uno locales comerciales situados en la esquina del 7 Juárez decidió extender la banqueta aproximadamente un metro y 20 centímetros sobre la calle bajo el argumento de mejorar el área y preservar el pavimento asfáltico.
El tráfico también se ha visto afectado y hasta el «tránsito honorario» que hace el trabajo de «viene viene» frente al mercado ha resentido la poca afluencia de coches en la calle cerrada.
Taxistas, vendedores ambulantes, cargadores y unidades de carga y descarga han tenido que adaptarse a los cambios en aras del progreso. Esperemos que los trabajos concluyan pronto y que los roces entre la población no pase a mayores.
Por Jorge Zamora