Algunos “analistas” y medios de comunicación a modo, hacen ruido respecto del retorno a la política de Ricardo Anaya Cortés. No es para tanto, pero les conviene adoptar a un personaje no muy recomendable para sus afanes revanchistas, pero por ahora no tienen más. Lo ven como si en verdad se tratara del príncipe valiente que los salvará de la 4T.
De manera que para los adversarios del supremo gobierno, la reaparición de dicho individuo es la gran noticia, a partir del anuncio de que recorrerá el país hasta desembocar en la candidatura presidencial. Aunque no se sabe por cuál partido, confrontado como resultó con el panismo original, que lo calificó como vil “gandalla”, aprovechado de la estructura azul para convertirse en el abanderado en el 2018.
Recordéis que Anaya fue acusado de ambicioso y desleal por sus propios compañeros, originando entre otras cosas, el retiro de Margarita Zavala y Felipe Calderón que aunque tampoco merecedores de confianza, al menos su actitud provocó escándalo extra al interior del PAN. Pero como la vida da vueltas, ahora este matrimonio “descubre” que bajo la sombra azul se vive mejor y por lo tanto, la mujer está dispuesta al sacrificio, aceptando una diputación pluri, “ques-que pa’ ser más útil”.
Cierto es que RAC obtuvo doce millones de votos, muy distantes de los treinta de AMLO, pero reflejan la cifra aproximada correspondientes a la tradicional oposición. En el poco probable caso de lograr la candidatura, dicha cantidad no sería mayor, por el contrario y con seguridad, también los indecisos cobrarían en las urnas los pendientes relacionados con la corrupción e inmoralidad administrativa de la docena trágica panista y sus socios.
Usted dirá que si la suerte lo ayuda (no podría ser de otra forma), a lo mejor obtiene el apoyo de la alianza vergonzante, sea PRI, PAN, PRD y entonces sí sería un peligro para MORENA. Pudiera ser, pero es muuuuuuy remoto, considerando que la mayoría mexica guarda en su memoria la historia negra de tales organizaciones que ni unidas borran su pasado, “antes pior”, como dijo aquel, cuando poco a poco se van conociendo detalles del criminal saqueo de que fue objeto la nación. Y deje, cuando aparecen los rostros de los responsables no ajenos a los señalados partidos. (Aquí entre nos, como que el Fiscal Gertz Manero despierta y retoma el látigo de la justicia “pa’ arrejuntar a los malvados”…que así sea).
Hay ruido por el regreso de RAC, quien quizá se cansó de vivir en Atlanta o tal vez ya solventó las penosas acusaciones por presuntos delitos relacionados con aquel fraude inmobiliario que lo mantuvo cerca del encierro, mismas que no fueron inventos, ni siquiera respuesta a la amenaza del entonces candidato de meter a la cárcel a Peña Nieto, claro, en caso de obtener la presidencia … amenaza de la que muy pronto se arrepentiría.
Por otra parte lo más grotesco de la nota en cuestión, es que comparen la decisión de Anaya de recorrer el país con la manera que en su tiempo lo hizo AMLO, quien como sabéis, durante años se metió por caminos, brechas y veredas para conocer en verdad el alma de los mexicanos y sobre todo, para conocer las condiciones de sobrevivencia de los setenta millones de pobres, herencia del neoliberalismo. Esto jamás lo podrá hacer ni entender Anaya, como tampoco podrá entender que fuera de su ámbito aristócrata, existe una nación marginada, humillada y explotada por el capitalismo que él representa.
En este sentido, hasta los peques de guardería están ciertos de que es patrocinado por el grupo empresarial que más rabiosamente se declara adversario de la 4T, cuyos conocidos y “balconeados” dirigentes suponen que Ricardo les podrá cumplir la acariciada fantasía de barrer con MORENA, de ahí su disposición a invertir lo necesario…(ojo, escribí “fantasía” porque ni a sueño llega). De tal sector saldrá el dinero, muy diferente a AMLO, que en su peregrinación a lo largo y ancho de la república, fue asistido por los humildes que siempre vieron en él lo que ahora es, es decir, el gobernante que la república esperaba para su transformación…y ni modo que sea invento.
Anaya jamás podrá servir a los pobres porque ya demostró que su vocación es el poder por el poder mismo. Está impedido además, por su formación entreguista y globalizante, inclinada a favor del capital, por lo tanto es enemigo del interés mayoritario y republicano. Con estas cartas de presentación el joven ambicioso no llegará muy lejos, ni siquiera con ayuda de la parafernalia mediática o la inversión empresarial que se anticipa como rotundo fracaso. Como quien dice, le están apostando a un nacido para perder.
UN “GUASÓN” MUY TERCO
En su rebotar de “chamba en chamba”, Héctor Martín Garza González, “el guasón”, da tema por la frecuencia de sus despidos. Y pensar que hay quienes suponen que podría ser gobernador, cuando las evidencias señalan que su permanencia en la administración pública es por agradecimiento, lo cual no aplica para una candidatura, que gracias a la marca AMLO, podría convertirse en el cargo principal del estado.
Hay que reconocer su lealtad pero nada más, sea que no existen más méritos por más que él sostenga que hace política.
Es personaje de la comicidad electorera, también anécdota en el ocio pueblerino sobre quien se pueden tejer toda clase de historias relacionadas con el tema, tan solo para relajar el momento. De ninguna manera se puede tomar en serio. De ahí el sobrenombre que lo ubica en la exacta dimensión de sus posibilidades. Más que engaño, “el guasón” es un chiste que a pocos divierte.
No lo conozco ni tengo nada contra él, pero me parece muy cruel que sus amigos lo hagan creer que podría ser figura de altos vuelos. En concreto, que podría gobernar el estado. Por lo que observamos, su actuar en el régimen de la Transformación es de relleno. Nada que lo ubique como protagonista de los nuevos tiempos, apenas un burócrata que no hace historia en ningún cargo, cuando pareciera que solo es convocado al ridículo.
“El guasón” asegura “hacer política”. Nomás que diga cuándo, cómo, dónde y con quién, porque en Tamaulipas lo ignoramos.
SUCEDE QUE
Oscar de Jesús Almaraz Smer será candidato del PAN, ¿y qué esperaban?.
Hasta la próxima.