Abstencionismo, el eterno rival
* Tamaulipas ha sufrido en la última década, altibajos en las cifras de participación ciudadana en las elecciones.
Pero el punto más crítico se alcanzó en el 2019, en una elección legislativa local que despertó muy poco interés entre la ciudadanía.
Ese año fueron a votar apenas 33% de los inscritos en la lista nominal, según las cifras del IETAM.
* La cifra contrasta con lo ocurrido en el 2018, cuando se desarrolló una de las elecciones más concurridas de la historia, con un 61.32% de participación.
* El estado venía de una recuperación paulatina con otro buen porcentaje registrado en el 2016: 56.23% en la contienda que le dio el triunfo a Francisco García Cabeza de Vaca.
CD. VICTORIA, TAMAULIPAS.- Los últimos diez años en la política de Tamaulipas han sido vertiginosos; la debacle del PRI, el ascenso de Acción Nacional y la irrupción de Morena en el mapa electoral, cambiaron para siempre las dinámicas del poder que habían permanecido intactas durante más de siete décadas.
Ese panorama incierto es el que se encuentran los partidos este 2021, de cara a una elección fundamental para sus aspiraciones: 43 alcaldías, 22 diputaciones locales, y nueve diputaciones federales están en juego.
Todo ello, en la víspera de la competencia por la sucesión gubernamental.
Un vistazo a los resultados obtenidos en las últimos contiendas electorales permite dimensionar lo que ha ocurrido en los últimos diez años, y confirma la tragedia del PRI que pasó de ser el partido todopoderoso del estado, a una tercera fuerza que con problemas, podría conseguir alguna alcaldía.
Es decir, evidencia también que el gran enfrentamiento el 6 de junio se dará entre el PAN y Morena.
La última elección positiva para el PRI fue la del 2010; con el control político del estado en sus manos, el asesinato de Rodolfo Torre Cantú no medró sus resultados. Egidio Torre Cantú obtuvo en las urnas 678,410 votos contra los 339,457 que sacó Julian Sacramento. Los demás partidos, cumplieron en ese momento un papel meramente decorativo, sólo el PRD rebasó los 30 mil votos.
Pero dos años después, en la elección federal del 2012 que llevó a Enrique Peña Nieto a la Presidencia, el régimen príista empezó a mostrar cada vez más grietas en Tamaulipas.
La votación para la Presidencia en la entidad la ganó el PAN, con 580 mil votos para Josefina Vázquez Mota, 474 mil para Enrique Peña Nieto y 272,500 para Andrés Manuel López Obrador que en ese momento compitió por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Acaso el golpe más importante para el PRI ocurrió ese año en la elección para el Congreso de la Unión, donde el actual gobernador Francisco García Cabeza de Vaca le ganó la contienda a Manuel Cavazos Lerma, abanderado priísta, con 532 mil votos contra 401 mil votos.
Además, de las ocho diputaciones federales, el PAN se quedó con seis; el PRI rescató apenas la de los Distritos V y VI.
Con la gubernatura en sus manos, en el 2013 al PRI todavía le alcanzó para una elección digna.
Tres años antes, la alianza PRI-PVEM-Panal ganó 35 alcaldías, perdió siete con el PAN (Tampico y Río Bravo, entre ellas) y una con el PRD (Camargo).
En el 2013, la misma alianza refrendó 35 alcaldías, pero el PAN le sacó ocho, entre ellas dos de las más importantes: Matamoros y Nuevo Laredo.
La votación general de ese año también mostró un claro avance de Acción Nacional y una disminución del PRI que bajó de 678 mil votos en el 2010 a 599,143. El blanquiazul pasó de 339,457 votos a 450,619.
Aunque muchos al interior del PRI no alcanzaron a dimensionarlo, ya se estaba gestando su derrota definitiva.
De los 678 mil votos que obtuvo el partido en el 2019, seis años después, Baltazar Hinojosa apenas pudo sacar 486,124. El problema es que el PAN, con Francisco García Cabeza de Vaca como candidato obtuvo 721,049 votos, un 112 por ciento más que los que recibió Sacramento.
Así empezó una nueva era política para el estado; en esa misma elección el PAN se quedó con 24 ayuntamientos, el PRI apenas pudo sostener 16 -Victoria y Matamoros, entre ellos.
Ese fue el año del debut electoral de Morena, con un cuarto lugar de su candidato Héctor Garza que obtuvo apenas 32,183 votos.
En 2018, el PAN refrendó su liderazgo político en el estado, la victoria de Andrés Manuel López Obrador en la presidencial trajo consigo resultados históricos para Morena pasaron de los 32 mil votos del 2016 a 388,723 votos en la elección local.
En la Legislativa ganó seis de las nueve diputaciones federales y dos senadurías; alcanzó además dos alcaldías: Matamoros y Madero.
Morena, sin embargo, no pudo refrendar los buenos resultados un año después.
Ya sin López Obrador en la boleta, la elección local del 2019 despertaron poco interés entre sus votantes y bajó de los 388 mil votos de un año antes a 239,442.
El PAN obtuvo 418 mil votos que le alcanzaron para ganar 21 diputaciones de mayoría relativa; solo perdió una en Matamoros que ganó el Movimiento de Regeneración Nacional.
Esa fue, además, la actuación más desastrosa del PRI.
Sus 87 mil votos apenas fueron suficientes para meter tres diputaciones plurinominales, de las cuales ya solo le quedan dos tras la partida de Yahleel Abdala a Acción Nacional.
Pero la elección del 2021 será muy distinta, advierten los especialistas; por la gran cantidad de posiciones que están en juego, y porque es la antesala de la elección por la gubernatura.
La mesa está puesta para observar en Tamaulipas una batalla política sin precedentes.
Su peso en
la última
elección
PAN 418,437
Morena 239,442
PRI 87,132
MC 30,024
PT 16,906
PVEM 15,560
PRD 11,223
Lo que está en juego
43 alcaldías
22 diputaciones locales
9 nueve diputaciones federales
POR: EXPRESO DIGITAL