19 diciembre, 2025

19 diciembre, 2025

LA LEY DEL MONTE

EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

Si algo quedara de aprendizaje de esta pandemia, que sea el sano distanciamiento de al menos dos metros de los “toquetones”, esos hombres “pulpos” que se las dan de muy muy, que andan por todas partes como lobos disfrazados de ovejas, que sin la menor provocación la agarran a una del brazo, codo, hombro, cintura, cachete o cabello, se placean como “caballeros”, arriman el saludo e invaden el espacio físico de la mujer que les plazca.
El que habla de mujeres y canciones, que se siente el rey y aplica su ley del monte, ha colocado en la agenda feminista un tema que agravia a todas, sí, he escrito a todas, porque aun en esta cuarentena hay hombres que se quieren brincar las trancas, se siente muy machos e imitando a Vicente Fernández andan de besucones.
Todas en algún momento de nuestra vida hemos tenido que lidiar con el acoso de un jefe, compañero de trabajo, vecino, compañero de pupitre, conocido de algún lado o hasta un político en campaña o en funciones, que toca y apachurra todo lo que tenga a la mano y tenga forma de mujer. Sin pudor, ni respeto estos tipejos van por la vida dañando la integridad y autoestima de la que se les ponga enfrente o a un lado, abusan de su jerarquía y la mujer sucumbe, no a la galanura, si no a la presión social y del sistema patriarcal que ve con buenos ojos esta conducta impropia.
Desde que se inventó el saludo del beso social, que desde luego lo impusieron ellos, las mujeres hemos tenido que soportar que se nos acerquen con el pretexto de la civilidad actual y para no vernos mal educadas al rechazar la “cortesía”, el mimo, el cariñito, el arrimón. La mujer que decidida retirar su mejilla, es cuestionada: “uy comiste gallo” “andas en tus días” “y ahora porque tan enojada”. Así que, para evitar explicaciones, pérdida de tiempo y hasta pérdida de amistades, muchas ponen la otra mejilla.
Lo que en su senectud ha vuelto viral “Chente” es el resultado de toda una vida de mal comportamiento, de muchos, de generaciones forjadas desde el machismo, así que el agravio no es sólo a la fan que hoy lo denuncia, sino a muchas que nos vemos reflejadas en esas incomodas situaciones que provocan asco.
Placido Domingo, Joe Biden, Maluma, son otras figuras públicas que tienen en común el desprestigio por manos largas y hoy tienen que dar explicaciones, sin embargo, en nuestros entornos cercanos, también abundan los besucones, ahora mismo que es temporada de patos, es común ver llegar un precandidato a una casa y en intención de buscar un voto repartir besos y arrimones; en los espacios laborales la costumbre de la socialización nos ha llevado en ocasiones a sobrepasar la línea del compañerismo, en tanto que en círculos de amistades y familiares los transgresores disfrazan los obscenos saludos de fraternidad y cariño.
El activismo feminista está impulsando una nueva forma de comportarnos en sociedad, con más respeto entre todos y todas, sin embargo, algunos cavernícolas aun no lo quieran entender, pero no debemos claudicar en el intento de humanizar el trato social.

POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

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