Dicen por ahí que las mujeres podemos hacernos daño, pero jamás despedazarnos, pero es un mito, las conductas machistas, misóginas y de agresión hacia
las mujeres no sólo sin propias de los varones, muchas féminas, regularmente privilegiadas y en zona de confort, se colocan la mirilla masculina para criticar, reprochar y juzgar a otras mujeres.
Andrea y Martha, son dos personajes públicos que se colgaron del mensaje viral de una joven Youtuber, que denunció publica una violación sexual de un compañero que suponía amigo, re victimizaron a la víctima y tras exponer el caso como una nota frívola, lanzaron expresiones “comunes” del sistema patriarcal: “parque toma hasta perderse” “porque sigue hablando con él” “porque denuncia hasta ahora”, a estos reproches se sumó Arath, otro personaje público que junto a otros dos más de la mesa de “debate”, en televisión abierta y para todo público, determinaron que no hay que creerle a una acusación de la mujer, ya que no son testigos presenciales del ilícito y así con la “inocencia” que les da la ignorancia respecto a temas feministas, intentaron cerrar su penoso segmento.
Sin embargo, las benditas redes de las feministas no dejaron pasar por boba esta desafortunada conversación pública, empezaron Las Brujas del Mar y de ahí muchas cuentas más y a fuerza de tuitazos, hicieron reaccionar a los conductores para pedir disculpas públicas, pero se enredaron aún más, colocándose como víctimas de un linchamiento social “inmerecido”. Como muchos dichos de la farándula, estos se los llevará el viento y en su descargo debemos reconocer que en la fábrica de sueños de la televisión hace falta mucho trabajo de conciencia social para respetar los derechos humanos de las mujeres, que casi siempre son exhibidas como productos sexuales.
“La culpa no era mía, ni donde estaba, ni como vestía” repetimos una y otra vez en el himno creado por la colectiva Lastesis de Chile y que titulan Un Violador en tu Camino. Pero es un canto que no todos entienden, un grito desesperado que enmarca las cifras de once feminicidios diarios en este país, a lo que se le suma la violencia digital, domestica, laboral, psicológica, el lenguaje sexista de los medios y las violencias en todos los ámbitos sociales, públicos, privados y familiares.
Pero paremos de hablar de mujeres que opinan sobre mujeres sin la menor sororidad ni empatía. Lo importante aquí es que este canto, el movimiento del 8 de marzo y el activismo feminista, motivó que Nath expusiera su caso, que hiciera la denuncia formalmente contra Rix y desde su canal de YouTube invitará a más mujeres a dejar de guardar secretos, contar sus historias y pedir justicia, aunque hayan pasado muchos años, no debemos callar más. En su video nos cuenta que su círculo más cercano la juzgó y esto la hizo sentirse sola, le afecto sus relaciones sociales y laborales, le daba pena hablar del caso y la hacía sentir débil. Luego pensó no hablar más del tema, hasta que este fin de semana se atrevió a hacerlo público.
Ahora se siente más fuerte y sabe que no está sola, las feministas le dieron la determinación: “Por favor haga algo, si ven que alguien hace algo así, no está bien, no importa si esta borracho” señala.
Simón, su pareja describe en un texto en sus redes como este evento de acompañamiento a Nath le ha cambiado la vida, reconoce que junto a ella “crece y entiende la opresión y la desigualdad de la mujer en una forma más profunda” que es una tragedia que los hombres estén mal educados para no ver el problema y peor aún
para hacerlos menos, desde los chistes machistas hasta conductas antisociales.
“El machismo y el ciclo de violencia de género en el que vivimos es un parásito cultura viejísimo y gigantesco y tenerlo claro pone sobre toda la obligación de intentar cambiarlo, no importa que tan titánica se ve la tarea” postea como un mensaje solidario hacia la mujer que enfrenta el escrutinio público.
La coyuntura mediática, nos lleva de nuevo a visibilizar lo que sigue violentando a las mujeres, estas declaraciones han motivado muchas más y es una de las premisas de la actual ola feminista. No te quedes callada.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE