Ante la indignación de la militancia del PAN, PRD y PRI, respecto de la vergonzante y conocida alianza, tanto Marko Cortés como Jesús Zambrano (y no tardará en hacerlo Alejandro Moreno Cárdenas), se han visto obligados a implorar a sus compas, “dejar el pasado en el pasado” y apoyar a los candidatos resultantes de la anti-natura mezcla de intereses, ambiciones e intentos de venganza contra el supremo gobierno.
Es el rechazo no oculto de quienes en un momento de su vida decidieron afiliarse al partido que consideraron afín a sus inclinaciones políticas.
Sin embargo ya vemos que sus expectativas ahora se convierten en frustración al comprobar la deslealtad, el engaño y la traición de que han sido objeto por parte de sus dirigentes.
Por eso no extraña el angustioso llamado mediante el cual los supra mencionados, suponen acallar el enojo que se generaliza en las filas de la oposición a MORENA. De manera que, y partiendo de la evidencia pública en diversas partes del país, podemos considerar que la intención inicial de crear un frente que atrajera votos debilitando el proyecto transformador de AMLO es de antemano un fracaso. Y no solo eso, sino podría resultar al revés bajo la posibilidad de que buena parte de dicha inconformidad podría inclinarse hacia los abanderados(as) del movimiento creado por Andrés Manuel.
Si a lo anterior agregamos el cochambre expuesto por efectos de la inmoralidad provocada, auspiciada y practicada por funcionarios de los anteriores regímenes, ya tendremos el cuadro completo de la decepción opositora. Sea de los electores que en uso de sus derechos no estarán dispuestos a votar por el retorno del saqueo “institucionalizado” desde las más altas esferas del poder. ¿Volver a los tiempos de Salinas, Zedillo, Fox, Calderón o Peña Nieto?, ¡por favor!…¡ni que las mayorías fueran masoquistas!.
El asunto es que las dirigencias contrarias a MORENA imploran a sus compañeros olviden la confrontación partidista de antaño y como si nada hubiera sucedido se hermanen en el solo objetivo de debilitar a AMLO. ¡Haga usted el recabrón favor!. ¿Dónde quedan las luchas políticas?, ¿y los debates que definieron las tendencias ideológicas de los partidos históricamente en pugna?. Si los opositores al gobierno legalmente constituido, acordaron una alianza de derecha, ¿qué sentido tuvo la creación del PNR, PRM, abuelos del PRI?, o la transformación del propio tricolor que ahora sabemos, retrocedió hasta la ignominia al igual que el PRD, en cuyas ruinas hurgan “los chuchos” en busca de beneficio personal.
Por otra parte y considerando el rumbo tomado por PRI y PRD al lado del PAN, todo indica que se han dado los primeros pasos hacia la formación de un partido conservador, con tendencia inequívoca de combatir los logros obtenidos mediante la lucha popular contra quienes mancillaron y traicionaron a la nación en distintos momentos de la historia.
Un partido conservador donde se verán personificados los gachupines invasores que sin escrúpulos y cobijados en la religión, masacraron y casi exterminaron a los grupos originales, así como persiguieron y asesinaron a los independentistas de 1810 encabezados por Hidalgo. Serán los mismos que patrocinados desde Europa, combatieron con las armas el proyecto reformista de la generación juarista hasta desembocar en la dictadura porfirista, artífice del sometimiento campesino y explotador más allá de cualquier consideración humana.
PAN, PRD y PRI cual amalgama de perversa maldad, dispuestos a destruir los avances democráticos y justicieros concretados en el presente régimen morenista, gracias, primero al enorme apoyo popular y después por la honestidad a toda prueba de quienes administran el patrimonio público convertido en beneficio social de distintas formas.
De estos partidos opositores surgieron los que en el Congreso de la Unión votan contra la medicina social, las becas a niños y jóvenes, a discapacitados, a madres solteras, adultos mayores, créditos a la palabra a pequeños empresarios, etc. Ahí, en tales partidos, están los que apuestan por la crisis y el caos republicano que suponen, favorecerán sus negativas intenciones de ver a México de rodillas ante las grandes potencias, entregando el resto de sus recursos naturales, como lo hicieran los gobiernos neoliberales, al grado de enajenar más de la mitad del territorio nacional violentando sobre todo, derechos de comuneros, campesinos y pequeños propietarios.
El proyecto conservador es convertir a México en apéndice del capital internacional y para ello están dispuestos a vender su alma al diablo. Esta es la calidad moral del PAN, PRD y PRI, cuya alianza está hecha para la maldad…y ni modo que sea invento.
AMLO INDEFENSO
Aislado como se encuentra, Andrés Manuel está siendo atacado con más furia y rencor que nunca. Como siempre, sus adversarios lo hacen en medios adecuados, sin embargo ahora “los analistas” utilizan calificativos y situaciones extremas en la seguridad de que El Presidente no tiene forma de ejercitar su derecho de réplica, debido a su ausencia de las conferencias de prensa tradicionales, Sin AMLO, el escenario está libre para inventar y golpear y hasta para darse el gusto de atacar “en manada”. Es fácil comprobar la coordinación de los más importantes medios para sobresaltar las notas que les interesan. Así sea de un lugar como Culiacán, donde al alcalde Jesús Estrada se le ocurrió pagar un mural donde aparece AMLO al lado de los héroes de la patria, como si el ejecutivo federal anduviera en busca de gloria. Lo que ahí sucedió es muy simple; la autoridad local creyó que de esta forma quedaba bien. Pues esto fue suficiente para darle vuelo
en las dichosas “redes”, despertando desde luego, comentarios negativos. Pero es lo menos, porque fantasean en torno de su estado de salud ubicándolo casi en calidad de moribundo, a pesar de los informes que señalan su recuperación positiva, avalada por las autoridades correspondientes, lo que hace suponer que pronto estará de regreso.
Y en cuanto a la pandemia, las estadísticas manejadas por la oposición alcanzan numeralias no imaginadas ni por las mentes más afiebradas. Son de tal dimensión que de resultar ciertas, el país estuviera casi despoblado. Son exageraciones propias de enfermizas alucinaciones muy alejadas de la realidad.
Los conservadores saben que la ausencia pública de AMLO es buena oportunidad para debilitar al régimen y sobre todo, aprovechar las circunstancias electorales a favor de su causa.
Para fortuna, la mayoría mexica ya sabe “de que pata cojean”.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA