El fin de semana circuló por las redes sociales que la fórmula de Morena para disputar al PAN la plaza política de Tampico sería integrada eventualmente por la diputada local Edna Rivera López, para la alcaldía, Olga Patricia Sosa Ruiz buscaría la reelección de diputada federal, Úrsula Salazar Mójica, sobrina de AMLO, la curul del 21 Distrito local y Nohemí Magaña, pelearía el 22.
Si resultara cierta la versión, sería muy difícil que impidieran la reelección del alcalde Chucho Nader en las votaciones del 6 de junio. Quizá Olga Sosa, que es la más conocida y mejor posicionada entre los ciudadanos, podría seguir al frente de la representación federal el 08 Distrito Electoral por otros tres años en el palacio legislativo de San Lázaro, pero el resto de las aspirantes poco aportarían a la causa de la 4T, a pesar de que la marca política obradorista sigue siendo altamente redituable.
El trabajo realizado en la primera gestión edilicia por Nader Nasrallah ha sido tan bien calificado por los electores que su nombre figura no solamente en la lista de los cien alcaldes del país mejor evaluados sino también entre los prospectos a los que podría echar mano Acción Nacional en la sucesión por la gubernatura del estado en los comicios del 2022.
En donde la oposición al presidente López Obrador y a la Cuarta Trasformación luce tan pobre como la de Morena en Tampico es en la de los aspirantes que la Alianza “Va por México”, entre otras razones porque, además de que faltaron al compromiso de que la opción opositora se pondría al servicio de la sociedad civil y de los ciudadanos, a la hora de la hora eligieron a los mismos candidatos que causaron la debacle del 2018.
Por lo menos en los aspirantes de representación proporcional no incluyeron a ningún aspirante apartidista.
En el PRI, fiel a su costumbre de imposición cupular, por ejemplo, la lista de los elegidos la encabezan el dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas, la secretaria general del CEN, Carolina Viggiano, el esposo de ésta el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez, de triste memoria, el gobernador de Campeche, Carlos Miguel Ayza González y a su hijo, entre otros cuates y amigos.
El PAN tampoco se quedó atrás. Escogió a Margarita Zavala, que llegó a la candidatura presidencial independiente a base de falsificación de las firmas de apoyo y renunció al partido albiazul porque, según argumentó, estaba manejado por una camarilla presidida por Ricardo Anaya.
También incluyó al exsecretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, a la exdirigente nacional, Cecilia Romero, al excandidato presidencial Gabriel Quadri y a Carlos Valenzuela, del grupo de los Yunes en el estado de Veracruz y Armando Tejeda, un incondicional de Marko Cortés Mendoza.
No mencionamos a los candidatos del PRD debido a que, encima de que son unos ilustres desconocidos, el partido político se unió a la coalición, como el Revolucionario Institucional, únicamente para sobrevivir y evitar perder el registro legal como organización partidista.
No conformes con lo anterior, los estrategas de la oposición cometieron el error de invitar a la alianza a elementos desprestigiados, caso concreto del expresidente Vicente Fox, que abandonó al PAN para apoyar la candidatura presidencial del priísta Enrique Peña Nieto y ahora ha regresado al partido de Manuel Gómez Morín porque ya no tiene en dónde refugiarse ni dónde le ofrezcan cobijo político.
A la agrupación “Sí por México”, confeccionada por el magnate Claudio X. González, se le ha asignado el papel de financiadora de la campaña de los candidatos a los que se ha optado para quitar la mayoría legislativa al Movimiento Regeneración Nacional este año y luego, en el 2024, impedir que el partido de la casaca guinda siga gobernando la república.
Para concluir, además del trabajo que realiza junto con Jaime Turrubiates Solís y Joaquín Hernández Correa, el precandidato del PAN a diputado por el 20 Distrito de Ciudad Madero, Carlos Fernández Altamirano, dedica en gran parte de la agenda de la intercampaña a supervisar la estructura electoral, el contacto con los liderazgos populares, las bases panistas, la preparación de la campaña proselitista y la conformación del equipo que le ayudará a convencer a los electores que es la mejor opción para representarlos en la próxima legislatura estatal.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ