FRANCIA.- La búsqueda de cómo el ser humano puede sobrevivir al aislamiento y a la pérdida de noción del tiempo y sus consecuencias fue ensayado de diversas maneras. Ahora, un proyecto llamado Deep Time ensaya el comportamiento humano bajo esas tremendas circunstancias. El aislamiento al que obligó el coronavirus en el mundo fue un importante disparador para estudiar sus consecuencias.
Así desde el 14 de marzo, un equipo de 15 voluntarios, ocho hombres y siete mujeres, ingresaron a una cueva en Ariège, Francia. El objetivo es observar los efectos del aislamiento a largo plazo, sin ningún concepto de tiempo.
DEEPTIME//JOUR 1//NOUS ALLONS VIVRE SOUS LA TERRE !
Hier à 20h00, après une dernière journée de préparation et la conférence de presse, la porte de la Grotte de Lombrives s’est refermée derrière nous.
De l'émotion pour ces derniers moments à la lumière du jour et les au revoir pic.twitter.com/GVbbpQ17L5
— Christian Clot (@ChristianClot) March 15, 2021
Ingresaron sin fuente de luz, ni teléfonos, relojes ni ningún otro método para saber incluso qué día es. La única iluminación posible la dará el uso de un dínamo accionado por pedal para generar electricidad, según cuenta el sitio IFLS.
El proyecto Deep Time explica en su sitio web: “Perder tiempo es la mayor desorientación que existe”. Y continúa: “Es este aspecto el que la misión quiere entender mejor. Porque hasta el día de hoy, no sabemos cómo nuestro sistema cognitivo comprende y gestiona esta continuidad indefinida, este entorno donde tiene lugar la sucesión de eventos y fenómenos, incluso más allá esta variable que podríamos llamar reloj biológico en cronobiología “.
Los voluntarios tienen entre 27 a 50 años y de variada extracción laboral: desde maestros de escuela primaria hasta biólogos, están equipados con sensores, que pueden ser monitoreados por científicos fuera de la cueva a medida que se adaptan a la vida en las profundidades oscuras y húmedas.
“Este experimento es una primicia mundial”, dijo el profesor Etienne Koechlin, neurocientífico de la École Normale Supérieure de París . “Hasta ahora, todas las misiones de este tipo se centraban en el estudio de los ritmos fisiológicos del cuerpo, pero nunca en el impacto de este tipo de ruptura temporal en las funciones cognitivas y emocionales del ser humano”.
Pero el experimento no está ajeno a las controversias. El líder de la misión, Christian Clot, quien también entró en la cueva con los otros voluntarios, fue criticado en la prensa francesa por llamarse a sí mismo un “investigador” cuando no tiene formación científica.
El proyecto busca encontrar respuesta y dar aplicaciones para resolver situaciones que van desde la mejor manera de lidiar con el tiempo pasado en submarinos o en minas subterráneas, hasta viajes espaciales, incluidas misiones más largas en nuestro futuro, según cuenta en su sitio web..
“La conquista del espacio da un nuevo giro durante este siglo, posibilitada por las nuevas tecnologías y las cifras crecientes”, dice el proyecto. “Desde la Luna hasta Marte, al apuntar a otros objetos estelares, como Ceres, los humanos se enfrentarán a nuevas percepciones del tiempo”.
Si todo sale según lo planeado, el equipo de voluntarios saldrá de la cueva el 22 de abril de 2021. Saber qué fecha les parecerá es otra de la preguntas a responder..
CON INFORMACIÓN DE EL CLARIN