ALTAMIRA, TAMAULIPAS. – El gobernador del estado Francisco Javier García Cabeza de Vaca hizo el llamado a la Federación a sumar esfuerzos y que destine recursos para la obra del dique El Camalote y así garantizar el agua potable para los habitantes de la zona conurbada.
Explicó que las obras de reparación del dique Camalote que permitirían evitar que se pierdan el agua dulce, le compete a la Federación quien debe hacer el proyecto ejecutivo y destinar recursos .
“Este es un tema de la Comisión Nacional del Agua y desafortunadamente este año no les etiquetaron el presupuesto, no sólo para Tamaulipas sino a nivel nacional y ahí estamos viendo las consecuencias”.
Entrevistado al acudir a supervisar los trabajos de la plaza principal de Altamira que fue remodelada de manera reciente, dijo que por parte de la Comapa Tampico- Madero se han hecho acciones (costalera y tablestacado) , pero se requiere la obra del dique.
“Seguimos haciendo un llamado a la Federación en este tema que es estrictamente federal, pero que está afectando la zona conurbada” dijo
El mandatario indicó que están a la espera de que pronto suban los niveles de la laguna al estar por iniciar la temporada de lluvias.
Cuestionado sobre la posibilidad de tandeos, dijo que esperan no tener que llegar a realizar estas acciones .
“ Espero que no se dé nunca esta situación, pero lo que les puedo decir es que es una obra que hemos venido impulsando desde hace muchos años y que lamentablemente siempre se quedó de proyecto en proyecto ” puntualizó.
Refirió que buscará hablar con el nuevo titular de la Conagua Germán Martínez Santoyo.
“Es un tema de voluntad política de lo contrario tenemos que volver a entrar al quite” refirió.
El mandatario estatal llegó al filo de las 18 horas a la plaza de la zona centro de Altamira donde hizo un recorrido y recibió una explicación de los trabajos realizados además de dialogar con comerciantes y ciudadanos que se encontraban en la plaza, algunos de los cuales le pidieron tomarse “selfies” del recuerdo además de saludar a los boleros.
POR Silvia Mejía Elías / La Razón