TAMAULIPAS.- La semana entrante es crucial para Tamaulipas, el proceso por el que la 4T intenta quitar el fuero y destituir al gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA entra en etapa de definiciones, no para el mandatario, no para su partido, sino para todo el Estado y quienes lo conformamos.
Así es mis queridos boes, este, no es solo una embestida política y judicial contra CABEZA DE VACA, a la que el análisis simplista y firmado por la víscera partidista, sugiere que sea él fuera del cargo de gobernador el que haga frente, pero estoy convencido de que dicho proceso es un tema de todos en Tamaulipas.
Tumbar al gobernador, que parece ser la obsesión de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y compañía, nos convierte a los tamaulipecos como terceros involucrados, más claro: terceros perjudicados.
Creo que pocos, entre los que ansían la caída y los partidarios del panista, comprenden el riesgo de ingobernabilidad que un proceso como este con un desenlace en contra y las consecuencias que esto podría traer para Tamaulipas.
Cuando digo consecuencias para Tamaulipas no solo me refiero al aparato gubernamental, el partido que lo llevó al poder y su funcionamiento, me refiero a consecuencias que afectarían a los de a pie, a usted, a mi, a todos.
Solo un botón de muestra: la seguridad; si la de todos nosotros, la que poco a poco se fue construyendo a partir de finales feo 2016 cuando CABEZA DE VACA asumió el poder y decidió hacerle frente a los poderes fácticos que dominaban casi todo el territorio tamaulipeco.
La recuperación de las carreteras, la reactivación de la vida nocturna, economía y turismo entre y hacia Tamaulipas, arrebatar los cotos de poder que los malos tenían en las principales ciudades e incluso en los gobiernos municipales y las corporaciones policiacas no se explica sin la decisión personalísima del gobernador CABEZA DE VACA.
No exagero, fue por decisión de él, que el gobierno estatal emprendió acciones para minar las fuentes de financiamiento de los grupos, intervenir las corporaciones que formaban parte de sus organizaciones y hacerles frente a polvo y plomo donde fue necesario. Insisto en que no exagero cuando digo que fue una decisión personalísima de CABEZA DE VACA, porque basta voltear a los dos sexenios anteriores o tres si quieren y verán que EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES y EGIDIO TORRE CANTÚ se convirtieron en testigos de piedra de la tragedia que desangraba a Tamaulipas.
Para ellos las balaceras, persecuciones, ejecuciones masivas, secuestros y demás delitos de índole federal siempre fueron: hechos aislados.
Siempre argumentaron que le tocaba a la Federación y evadieron toda responsabilidad. El que gobierna hoy pudo decir lo mismo y esconder como lo hacían en el pasado los números de muertos bajo la cortina de la publicidad oficial, pero en cambio le entró y con él la mayoría de los tamaulipecos de bien.
En los casi 5 años de gobierno cabecista, Tamaulipas dejó el top de los estados más violentos del país, las cabeceras municipales que antes encabezaban las ciudades más violentas, no solo de México, sino del mundo, hoy no están en ese indecoroso ranking. Eso, entre muchos aspectos más de la vida pública de Tamaulipas, está en juego el lunes y los días que le siguen.
Todo el avance que se ha tenido en estos años se puede perder, si Tamaulipas entra en un proceso de ingobernabilidad, debilitamiento de instituciones, caos administrativo, cambio de mando al más alto nivel.
Sería la oportunidad para los grupos que hoy o no están o están agazapados, contenidos, diezmados, de recuperarse, de intentar retomar el poder que les fue arrebatado por las instituciones. Imaginemos qué hay un gobernador sustituto, que estaría al frente del estado poco menos de año y medio.
¿Quién podría arriesgar su propia seguridad, como lo ha hecho CABEZA DE VACA, estos años para hacerle frente a los generadores de inseguridad?, ¿quién arriesgaría lo que ya tiene por un año y medio en el que tendría que enfrentarse a la víbora de mil cabezas que podría resurgir con más energía, más violenta, más sangrienta?.
Nadie en su sano juicio creería que desde la 4T de AMLO y los suyos nos garantizarían la seguridad que hoy tenemos los tamaulipecos, a menos que sea de discurso, de papel, de Fake News.
Miremos hacia Guanajuato, Veracruz, Morelos, Michoacah, Jalisco, Chihuahua, veámonos en esos espejos en los que ya nos vimos sobre todo a partir del 2009 y hasta el 2016.
Chequemos las estadísticas de violencia a nivel nacional y entenderemos que lo que aquí se ha logrado es por la voluntad de la autoridad local; por la decisión del gobernador. Por ese tema y muchos más, la embestida contra CABEZA DE VACA es un asunto de todos nosotros; incluso de los que no simpatizan con él.
Una salida estrepitosa del gobernador, como lo busca la 4T, nos pone en el riesgo de volver al Tamaulipas donde salir de noche era casi suicida, es correr el riesgo de que las carreteras vuelvan a caer bajo el control de esos grupos y que el aparato ‘hacendario’ paralelo que operaban sea echado a andar, dando el tiro de gracia a la tambaleante iniciativa privada que apenas sobrevive a la pandemia. Reiteró, lo del desafuero no es solo asunto de CABEZA DE VACA, lo es de todos los que quedamos en medio del ataque político de LÓPEZ OBRADOR hacia el gobernador, porque de cumplirse la amenaza seremos todos los que perdamos.
CONFESIONARIO / MELITÓN GARCÍA DE LA ROSA
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021