Río Bravo, Tamaulipas, es un profundo foso negro, en donde se sedimentan todas las traiciones políticas. Miguel Ángel Almaraz, candidato del PAN a la alcaldía, traiciona a su partido y a su compañera de fórmula Roxana Gómez, trabajando para la candidata a diputada de MORENA, Casandra de los Santos; la aspirante a diputada de los Santos, traiciona al candidato morenista a la alcaldía, Héctor Calabazo Villegas, haciendo labor de proselitismo en pro del panista Almaraz; el panismo estatal, apuñala por la espalda a Almaraz, dejándolo sin el apoyo que le prometió; el alcalde panista, Carlos Ulibarri, acuchilla a Almaraz, apoyando al Calabazo –finalmente, el Presidente municipal de todas formas gana: su mamá es candidata a la primera regiduría, es decir: pierda o gane el PAN, ella es parte del Cabildo por la ruta de mayoría o plurinominal–;
y el CDE del PAN, retira todo soporte a la candidata panista Roxana.
Lo interesante de ese nebuloso escenario, no es que todos se crean más inteligentes que los otros; lo más relevante, es que el
PRI, que salió sin rasguños de su elección interna, esté a un paso de superar a Almaraz que se había consolidado en el segundo lugar de la competencia varias cabezas atrás del lopezobradorista Villegas.
En efecto: Alfredo Cantú Cuéllar, un joven de la nueva generación del PRI, está siendo el ganador de ese paisaje político que amenaza con hundir lo poco que quedaba del azul en tierra riobravense.
El PAN, parece desfondarse con esa feria de acuchillamientos intestinos.
Cantú Cuéllar, vinculado socialmente a los productores agrícolas de la región –su padre es uno de los más potentes de ellos– está siendo bien recibido en la sociedad rural y se ensancha su presencia en las colonias populares en donde recibe la solidaridad de varios dirigentes populares.
Un ingrediente relevante que le resta consensos al panista, es el ambiente de unidad que se respira entre las filas priistas.
¿Quiénes son los ganadores de ese tejido tan desconcertante?
Primero: Cantú Cuéllar, que está aglutinando a priistas y panistas que repudian Almaraz.
Segundo: el Calabazo Villegas, recibirá la adhesión gratuita del alcalde que rechazó desde el principio la candidatura de Almaraz; al mismo tiempo, Villegas, dejará el lastre que le representa Casandra que no suma y sí resta a su campaña. (Casandra, anda de corre ve y dile, con Almaraz; le informa de todas las estrategias de MORENA que es oro molido para los responsables de la campaña del ex presidiario).
Tercero: Roxana Gómez, que está cachando a ciudadanos que sienten repulsa – cada día más significativa– por Casandra.
Se infiere: los grandes perdedores de tanto cieno en las aguas políticas riobravenses –que para ser objetivos, le pusieron muchas ganas para ello– son Almaraz y su nuevo partido.
POR JOSÉ ÁNGEL SOLORIO MARTÍNEZ