SUR.- De cuna tampiqueña, una mujer y su menor hija, la semana pasada fueron las primeras mujeres en recibir una disculpa pública por parte del Poder Judicial de Quintana Roo por actos, omisiones y violaciones a sus derechos humanos en el Centro de Convivencia Familiar Supervisada en la capital de aquel Estado.
Sin embargo, la disculpa que recibieron fue a más de un año de haber vencido el plazo para que el Poder Judicial acatara la recomendación CDHEQROO 01/2020/I que emitió la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo.
A pesar de la disculpa, el director del CECOFAM Mario Enrique Herrera Carrasco sigue ocupando este cargo, sin que hasta el momento haya sido removido y además funge como secretario ejecutivo de la RED Nacional de los Centros de Convivencia Familiar y Afines de la República Mexicana.
Kheren Esther Juárez Guardado señaló que ella se separó de su esposo en 2017 y el juzgado familiar ordenó las convivencias supervisadas entre el padre y la menor en el CECOFAM en el verano del mismo año, sin embargo la menor lloraba al no querer quedarse en sus convivencias, siendo presionada por las autoridades.
Durante el acto oficial de la disculpa pública , la joven tampiqueña presentó los audios donde su niña lloraba de manera desgarradora y decía que tenía miedo de quedarse con su progenitor en el Centro de Convivencia.
También se escucha como el mismo Mario Enrique Herrera Carrasco, director general del Centro de Convivencia le dice a la niña, que si no se queda a ver a su progenitor, una patrulla se llevará a su mamá.
Refirió que estos hechos se presentaron desde 2017 cuando estos tres servidores públicos, emitieron reportes manipulados que dieron la impresión que faltaba a las convivencias ordenadas por la juez familiar.
“También fui presentada como una mujer agresiva e inestable por parte de estos servidores públicos pero quedó demostrado en el expediente de Derechos Humanos que eso no era cierto”.
Fue en noviembre de 2019 cuando decidió interponer una queja por la actuación irregular de los funcionarios del Centro de Convivencia Familiar Supervisada.
Kheren Esther Juárez radicaba en el puerto jaibo, posteriormente en el Estado de Veracruz, pero fue debido a cuestiones laborales de quién era su esposo, que se fue a radicar a Chetumal, Quintana Roo.
La disculpa pública fue efectuada el pasado 19 de abril en la capital de Quintana Roo.
Sin embargo, el director del CECOFAM y las dos servidoras públicas, siguen en el mismo cargo, a pesar de las faltas cometidas donde se violaron los derechos humanos de una madre y su hija.
Por Silvia Mejía Elías / La Razón
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021