Durante este sexenio he escuchado la siguiente frase una y otra vez: “hay que esperar”. ¿Se puede seguir esperando cuando el líder de la mayoría en la Cámara de Diputados dice que “el derecho es conservador” y por eso hay que votar una ley indiscutiblemente inconstitucional?
Volví a escuchar la frase en boca del presidente de la Corte cuando dijo que había que esperar a ver qué resolvía el Poder Legislativo ante la iniciativa de ampliar su mandato. Lo reiteró el 24 de abril, cuando el acto se consumó: hay que esperar a que la Corte determine la constitucionalidad de la norma aprobada.
La primera vez que escuché la frase fue cuando un alto funcionario público dijo a unos cuantos: hay que esperar. No hay que promover amparos. No hace falta confrontar. La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México va para atrás. No fue para atrás. Lo que fue para adelante fue Santa Lucía. Lo mismo que Dos Bocas o el Tren Maya.
Vinieron las compras consolidadas en medicinas. El diagnóstico de los especialistas mostró que, como estaba planeada, fracasaría. Hay que esperar, se dijo. Se esperó y se fracasó. El desabasto de medicinas es evidente.
Luego vinieron los superdelegados y los servidores de la nación como estructuras indiferenciadas entre gobierno y partido.
Pocos alzaron la voz. Recientemente se agregaron las brigadas correcaminos para que la vacunación del covid tuviera tintes partidistas o presidenciales. Con las vacunas se lucra políticamente.
Un día, platicando con un amigo, hablábamos de los órganos autónomos. Los dos coincidimos en que era grave la posición del Presidente frente a estos contrapesos. Acababa de ocurrir el ilegal nombramiento de Rosario Piedra ante la CNDH. A él no le parecía tan importante como para abrir un frente contra la captura del órgano autónomo.
Hay que esperar, el enfrentamiento no nos llevará muy lejos y ahora es importante mantener la interlocución. Cuando vayan por el INE o el BM no nos quedaremos callados, no esperaremos.
Hoy, el frente contra el INE está abierto y seguimos esperando.
En materia de permisos, concesiones y contratos, el primer impulso también fue el de esperar. Vinieron las primeras decisiones de política que violaban lo acordado y volvió a decirse: hay que esperar.
De las decisiones administrativas se pasó a los decretos en el Diario Oficial y después a nuevas leyes, como la de Energía Eléctrica, la de Hidrocarburos o la Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión para crear el llamado Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil.
POR MARÍA AMPARO CASAR




