CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La palabra “madre” tiene muchos significados, y aunque la mayoría piensan que sólo son quien engendra, hay quienes a pesar de no dar vida; son guía de cientos de niños, a quienes aman como si fueran sus hijos, les enseñan el buen camino y reconstruyen un corazón desecho por circunstancias difíciles.
María Isabel Castañeda, junto a otras cuatro compañeras, son las religiosas de nuestra Señora de la Caridad del Refugio; conocida en la ciudad cómo madres del Refugio quienes a través del Centro Educativo Juan Eudes que tiene más de un cuarto de siglo en operación ahí llegan generaciones de niñas en situaciones difíciles que con ayuda del amor de madre y sobre todo Dios han salido adelante y algunas han logrado ser grandes profesionistas y formar su familia.
La madre platica que aunque nunca experimentaron la sensación de dar vida como tal; saben lo que es el amor de madre. Aquel que te preocupas porque el niño este bien, saber si están enfermos y llenar su corazón de alegría cuando ven por fin sanar y cumplir sus metas.
Este sentimiento lo han vivido cientos de veces, con niñas que en ocasiones reciben de tres años y que ven partir a los 15 a una mejor vida, aunque en ocasiones deciden permanecer en el convento hasta concluir su carrera o adquirir sus hábitos.
Sin recibir alguna recompensa monetaria, la madre platica que la mayor satisfacción que tienen es romper cadenas de maltrato que la familia ha heredado de generación tras generación y en un futuro próximo ven que esa niña que recibieron hace décadas, ahora regresa con sus hijos para agradecerles y compartir vivencias con las nuevas alumnas.
¿HAN SENTIDO ESE AMOR DE MADRE, ES DECIR; EL DECIR “SON MIS HIJAS”?
‘Si, estamos siempre pendientes de ellas. Si es necesario las corregimos, les decimos como son las cosas, que nadie las vea feo, que nadie las haga menos porque sentimos mal.
Cada día advertir, si está triste, cansada, si algo le preocupa; uno las nota porque las va conociendo y sabes; si no durmieron bien, o les duele algo, por tantos días de convivencia.
¿CÓMO ACERCARSE Y CURAR LAS HERIDAS DE UN NIÑO CON HISTORIAS DIFÍCILES? Y CÓMO LES AFECTA ESO A USTEDES?
“Hemos llorado con ellas, son tantas historias que ellas platican que decimos: cómo es posible que una criatura pueda pasar por todo esto, tampoco pueden culpar a los papas, porque son víctimas al igual que ellas”.
Tenemos la tarea de acoger y formar a niñas y adolescentes; hacerles sentir que aquí existe un espacio para ellas, que estamos para ellas, para atenderlas, que las aceptamos como son que pueden ir mejorando. Pero primero que nada que no sientan aquí que son un estorbo.
Llorar con ellas, dejar que se desahoguen simplemente estar con ellas, porque en situaciones tan fuertes no hay palabras, pero deben saber que existen otra forma de vivir y recalcarles que pueden lograrlo.
El hecho de vivir tantos momentos tan dolorosos y fuertes no lo decidieron ellas; pero lo que quieran vivir de ahora en adelante lo pueden construir y para eso estamos, para orientarles y ayudarles a construir el futuro que ellas quieren.
Les decimos, si tienes ganas de llorar; llora, ve a la capilla siéntate ahí, platícale a Dios todo lo que quieras, llora con él desahógate y ahora si, lo que sigue. Estas pequeña, eres hermosa, eres inteligente, llora lo que necesitas llorar pero no sola, y después de eso a jugar, a platicar, aprender porque estás adquiriendo herramientas para la vida.
¿SE SIENTEN TRISTES CUANDO LAS VEN PARTIR?
“Si, sobre todo cuando no era el momento; es muy doloroso, me refiero a cuando no estaban preparadas y las vemos vulnerables, por qué no han concluido el ciclo escolar o sabemos que la familia no está preparada para atenderlas. Hemos vivido varias partidas de criaturas que sabemos que van a sufrir, que no las van atender y las van a traer en peligro; eso es muy doloroso y no puedes hacer nada sólo tratar de hablar con la familia.
Por el contrario, cuando vez que la niña va creciendo, logra y alcanza sus metas tu misma te vas reflejada y lo disfrutas con ella, sabes que ya va a concluir secundaria y te preguntas ¿dónde la van a inscribir o qué va a estudiar?, es decir, vives ese momento diferente ya con una satisfacción por haber alcanzado ese logro.
Existe nostalgia, pero al mismo tiempo alegría por rememorar la situación difícil y compartir los avances que ha alcanzado la niña.
¿HAN REGRESADO NIÑAS, DESPUÉS QUE SE LAS LLEVARON?
“Ha habido casos que regresan después de meses o años, pero la niña ya vivió otras experiencias más dolorosas, dónde fue lastimada más fuerte y vienen con más situaciones de conflicto y se siente la impotencia que no puede hacer más. No hay leyes que nos respalden y nosotros no podemos decir que no se la entregaremos.
¿QUÉ PASA CUANDO LA NIÑA TERMINA LA SECUNDARIA, PERO QUIERE SEGUIR CON USTEDES?
“Depende de la familia, cuando siguen necesitando apoyo; hay veces que se pasan allá al 20 y ahí viven donde salen a estudiar, ya no conviven con niñas de primaria y secundaria, solo allá donde salen a estudiar.
¿TIENEN CASOS DE NIÑAS QUE YA SON PROFESIONISTAS O MADRES DE FAMILIA Y REGRESAN?
“Si, en cualquier momento vienen tocan la puerta y dicen “¿madre no se acuerda de mí?” ya grandes cambian y en ocasiones les digo; si me acuerdo de ti y ahorita que sonreíste esa sonrisa la tengo muy presente pero recuérdame tú nombre, porque son tantas que han pasado”.
Ha sido bonito ver crecer tantas generaciones y ahora que las vemos con niños y grandes. El ciclo pasado recibimos a una niña que atendí en el 2001 y ahora recibimos a su hija para cursar segundo grado de secundaria y me nos dice, “traigo a mi hija para que aprenda”.
POR RAÚL LÓPEZ GARCÍA