Cualquier pronóstico sobre la inminente judicialización de las actuales campañas se quedó corto: el anuncio de la investigación de la Fiscalía General de la República contra los candidatos punteros en Nuevo León cimbró al ecosistema político de todo el país, y particularmente al del norte de la República.
No es para menos, si en el 2018 se cuestionó el uso político de la Fiscalía para apuntar contra el entonces candidato presidencial Ricardo Anaya, lo que se anunció ayer -a menos de un mes de la elección- parece una versión recargada de las peores prácticas patentadas por el priísmo.
En primer lugar envía un mensaje claro: desde el gobierno federal están dispuestos a todo por obtener el poder en Nuevo León.
Y dan suficientes razones para que
la oposición multiplique en todas sus plataformas el discurso que, a juzgar por las últimas encuestas, empieza a redituarles,
el de Morena convertido en una amenaza totalitarista.
Desde ahora se puede apostar que en torno a Adrián y Samuel se van a agrupar los grandes capitales del norte del país, y buena parte de la sociedad civil neolonesa que ve la actuación de la Fiscalía como una intromisión descarada en un proceso de carácter local.
Es decir, el pronóstico evidente es más y más polarización en la recta final de las campañas.
Pero no es solo Nuevo León donde las campañas dejaron hace tiempo el terreno meramente político.
Tamaulipas era, hasta ayer, el ejemplo más claro.
El caso del desafuero contra el gobernador, aunque no es contra un candidato, se da en pleno proceso electoral y todos los partidos lo han tomado como bandera, ya sea para festejarlo o para rechazarlo.
Al mismo tiempo, no se puede olvidar, un aspirante a candidato por Morena fue detenido por la Fiscalía General de Justicia del estado unos días antes de su registro y en su lugar postularon a su hijo.
Mientras que en Reynosa, avanza con firmeza la indagatoria contra Carlos Peña Ortiz, el candidato de Morena a la alcaldía, hijo de la alcaldesa, Maki Ortiz.
En suma, el proceso electoral en el noreste del país se desarrolla sobre terreno pantanoso.
Y lo peor apenas está por venir.
Contra Gustavo Manny Segura, militante tampiqueño de Movimiento Ciudadano, no ha dejado de ser un dolor de cabeza para Gustavo Cárdenas y la dirigencia de su partido.
Ayer, uno de sus famosos actos de protesta fue suficiente para que Gonzalo Lan Zambrano cayera de bruces.
El dirigente municipal del partido en Victoria y candidato a regidor, terminó demorado por la Policía Estatal, acusado de robarse una lona y de amenazar al activista junto a un grupo de golpeadores.
En esta ocasión, a Manny le salió bien su show.
Por cierto, ayer la fórmula victorense del partido naranja enfiló sus baterías contra Morena: acusaron al candidato Eduardo Gattás de representar al viejo PRI y lo llamaron demagogo por prometer cosas que no va a poder cumplir.
Ayer de hecho, no fue un buen día para los morenistas: la encuesta más reciente de Massive Caller fue un nuevo quitarrisas para muchos y aliciente para otros.
La empresa originaria de Nuevo León, que con más regularidad ha venido midiendo las preferencias para cinco alcaldías de Tamaulipas le da el triunfo al PAN en tres: Tampico (diferencia irreversible), Victoria (se consolida la ventaja de Pilar) y Nuevo Laredo (Yahleel se mantiene por arriba de Carmen Lilia); y en dos a Morena: Matamoros (amplia margen a favor de La Borrega) y Reynosa (Makito mantiene la delantera).
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES