Pánuco.- El botadero municipal que en algún momento dado se considerara un “relleno sanitario”, está convertido en un grave problema de insalubridad donde el desorden y la falta de operatividad impera.
Como tantos otros rubros este botadero refleja el abandono de todas las responsabilidades del municipio que administra el profesor Fernando Molina Hernández que mantienen un estancamiento pavoroso a un pueblo con casi 5 siglos de historia.
Ello porque hasta la fecha no se ha construido una celda, la cual permita manejar adecuadamente los desechos que llegan a diario en cientos de toneladas.
De acuerdo a especialistas en materia como biólogos y ecologistas, el actual basurero municipal es poco más que obsoleto, por ello son constantes los siniestros que se registran en este botadero.
Basta recordar que bomberos a cada rato acude a este inoperante basurero a controlar el fuego.
Y es que derivado de la falta de celdas que permitan tratar adecuadamente la basura del subsuelo, el dióxido de carbono provoca gases, cuyo fuego se desprende la superficie y al llegar a los desperdicios los arrasa con facilidad.
Residentes de la comunidad Vega de Otate contigua a este botadero han expresado su temor de que algún día el fuego se extienda a esa localidad, y difícilmente puedan controlar los valerosos vulcanos el ígneo elemento.
Hasta el momento los candidatos que buscan un puesto de elección popular, no han comentado lo relacionado a la modernización de este basurero por demás obsoleto.
Se destaca que diariamente llegan a tan mencionado lugar 60 toneladas de desperdicios lo que habla de la urgencia de contar con más celdas y mejor tecnología para el tratamiento de la basura.
Por Víctor Montiel