Los resultados de las elecciones del pasado día seis tienen un sin fin de lecturas, pero hay una entre todas que predomina y es la fuerza que el elector tamaulipeco tomó el domingo, el empoderamiento de la ciudadanía que se sobrepuso a cualquier estrategia política o propagandística.
Tamaulipas recién despertó a la vida democrática en 2016, y cinco años después los tamaulipecos demuestran que ningún partido político podrá obtener el dominio o el control absoluto del poder.
La fuerza de régimen actual desde el 2016 ha sido innegable, y se pronosticaba para Tamaulipas una hegemonía panista transexenal que ahora deberá recuperarse con un gran trabajo y una narrativa basada en realidades y respuestas contundentes a las expectativas ciudadanas.
Peor le sucedió al PRI en 2016 con la apabullante derrota que sufrió ante Francisco Javier Cabeza de Vaca quien afianzó un control absoluto hasta que en 2018 apareció la ola obradorista que en ese año no tuvo grandes alcances pero pudo obtener el control de plazas tan importantes como Matamoros y Ciudad Madero.
Luego vino una era donde se polarizaron las relaciones del Estado y el gobierno central lo que desembocó en las recientes elecciones donde Morena logró el triunfo en las grandes ciudades del Estado.
El gobernador, con la madurez política por la que es conocido aceptó la derrota y de sus propias palabras lo dijo:
“La jornada electoral fue tranquila y en paz, con mucha participación de la gente, eso es algo de lo que va seguir impulsando mi gobierno que es la democracia y que jugará un papel fundamental en el futuro de Tamaulipas”
En su aparición del miércoles pasado, reconoció la autonomía y trabajo de las autoridades electorales, sin señalar o acusar de malas prácticas. Y además finalizó con una frase que bien describe la moraleja del seis de junio:
“Recuerden que en la política los triunfos y derrotas no son para siempre, no son eternas, cada proceso electoral es diferente yo como gobernador voy a seguir defendiendo la democracia”
Al gobernador ya le tocó vivir las dos experiencias en carne propia, tanto del lado ganador como del perdedor. Ya supo lo que es luz y lo que es oscuridad y con madurez reconoció el descalabro con miras a enmendar el daño en la elección del próximo año.
El triunfo de Morena hará necesario gobernar con pluralidad, pactar alianzas con partidarios y opositores para poder gobernar y sobre todo, facilitar el camino a las figuras consolidadas dentro del panismo para curar las heridas y recuperar las fuerzas necesarias para hacer frente a un partido en ascenso como lo es Morena.
Y una lección adicional deja a reconsiderar si se debe de apoyar a figuras que son de su total confianza, o abrir la puerta a personajes y grupos que le sirvan de verdad y den buenos resultados.
La segunda mitad del año es estratégica para oportuna para restañar relaciones dañadas y fortalecer los vínculos con personajes que ahora están en el ostracismo.
Hay figuras que hasta ahora fueron claves pero que han quedado obsoletas tras las elecciones como el actual líder del PAN, Luis René “Cachorro” Cantú quien demostró sus cortos alcances.
Es el momento para el actual gobierno de retomar el rumbo y rescatar el capital político que acumuló durante los cuatro años que lleva en el poder.
Debe el PAN mirar hacia los orígenes de su llegada. al poder que rompió con décadas de gobiernos priistas que parecían invencibles y que sucumbieron sin embargo ante el impulso de Cabeza de Vaca.
En lo corto habrá que surfear la ola morenista que tarde que temprano empezará a pagar el desgaste natural del ejercicio del poder y su enfrentamiento con los grupos omnipotentes que se sienten agraviados por las políticas obradoristas.
Nada está dicho, y sólo depende de Francisco Javier convencer a los tamaulipecos que el PAN debe de continuar otro sexenio más en el poder.
CHUCHO, IMPARABLE
Jesús Nader Nasrallah tiene el camino solo para conseguir la candidatura a la gubernatura en 2022.
Su contundente victoria en Tampico y la catástrofe que sufrieron en las urnas las figuras emergentes dentro del panismo sólo le dejan como un posible contendiente a Oscar Almaraz Smer.
Pero Chucho demostró con número que es el único activo del panismo que puede treparse en el ring con el futuro candidato o candidata de Morena. Tiene en los próximos meses una tarea difícil por posicionar su consolidada marca en el Sur a todo el estado.
Nader cuenta con el apoyo desde el CEN del PAN y de la elite más influyente del estado. Sería la oportunidad propicia para que la gubernatura del estado regrese al Puerto Jaibo y consoliden la fuerza regional que al menos en lo económico ya tienen.
Un trabajo complicado en plazas como Victoria y la frontera, dominada por el bando contrario.
Y un tanto más por los mismos obstáculos que le pueden poner figuras del panismo y cabecismo que aún en la desgracia, intentarán alzar la mano.
Por lo pronto, Chucho es la única figura de su partido con la posibilidad de ganar la elección de 2022.
OSCAR, EL ACTIVO VIGENTE
Desde 2005 Oscar Almaraz Smer se ha mantenido vigente en la vida política estatal. Tras su paso en el gabinete geñista como Secretario de Finanzas, por el Congreso del estado con todo en su contra debido a la enemistad que desde un inicio le manifestó el ex gobernador Egidio Torre Cantú, como alcalde de Victoria cuyos activos los mantuvo hasta la fecha y le ayudaron para ser el único ganador del PAN en Victoria.
Su labor legislativa ahora como Diputado Federal será indispensable para crecer su proyecto personal y tomar la fuerza necesaria como apoyo al PAN, como posible candidato a la gubernatura y como la única figura viable en una posible alianza entre el PRI y el PAN.
Pese a su discreta victoria respaldada por el voto rural, mantiene la vigencia que por más de una década ha conseguido ahora sin tantas figuras que le hagan sombra y con el respaldo de los Cabeza de Vaca que olvidaron los viejos rencores en su contra y lo sumaron a sus filas.
Y sobre todo, sobrevivió a la desgracia en la que cayeron muchos de sus viejos compañeros de trinchera…
MAKI Y AMÉRICO
Dentro de las filas de Morena ya sólo suenan dos nombres para la sucesión: el de Maki Ortiz y el del senador Américo Villarreal.
La actual alcaldesa de Reynosa demostró con creces su músculo en los resultados que obtuvo Morena en Reynosa, el triunfo de su hijo y el carro completo que consiguieron los guinda en la ciudad más poblada del estado.
Y ante las nuevas acciones legales para igualar el suelo entre candidatos, la cuota de género a la deberán de recurrir los partidos le ayudarían a obtener la candidatura sin problemas.
Por el otro lado se encuentra Américo Villarreal que entregó buenos resultados en la elección de Sinaloa que le dio las suficientes acreditaciones para contender por la gubernatura en 2022.
Hasta el momento ambos tienen una misma ventaja: Maki demostró con resultados su fuerza como operadora política y Américo hizo lo mismo en Sinaloa con la precipitada bendición de Mario Delgado, líder nacional de su partido.
La decisión final será tomada en Palacio Nacional. La influencia en su toma la tendrán algunas figuras de Morena con gran peso en el estado y a nivel nacional.
POR PEDRO A. GARCÍA RODRÍGUEZ
pedroalfonso88