En los comicios de 2016 los ciudadanos tamaulipecos decidieron sacar al PRI del gobierno del Estado y recurrieron al PAN para conseguirlo, cinco años después, han resuelto cambiar otra vez de rumbo, resolvieron dar una dirección distinta a la entidad a la propuesta del partido albiazul y esta vez echaron mano a MORENA para truncar los planes de los vientos de cambio.
¿Cuáles fueron las causas? ¿No les cuadró que, además de optar por el dedazo para imponer a los candidatos, en vez de dar preferencia a los militantes postularan a priistas para conservar la supremacía política estatal?
A ciencia cierta no se tiene idea.
Sean peras o sean manzanas, sin un Congreso del Estado a modo y los ayuntamientos más importantes en manos de la Cuarta Transformación, el futuro de Acción Nacional de cara a la sucesión estatal de 2022, que está a la vuelta de la esquina, no luce nada promisorio como se veía antes del 6 de junio.
El Movimiento Regeneración Nacional ya se prepara para tratar de redondear la faena electoral y apoderarse de las riendas políticas de la entidad. Antes de que concluya el año, según adelantó el diputado federal Erasmo González Robledo, postulará al candidato o la candidata a gobernador.
Entre los probables para sacar a los panistas que gobiernan Tamaulipas, figuran el Senador Américo Villarreal Anaya, que es el favorito, el Director de RTC, Rodolfo González Valderrama, el Subsecretario de Educación, Héctor Garza González, Alejandro Rojas Díaz Durán, Erasmo González Robledo, así como los alcaldes de Matamoros, Mario López Hernández y de Madero, Adrián Oseguera Kernion.
En el PAN, en cambio, el escenario ha cambiado radicalmente.
Antes de la elección se mencionaban entre los probables para suceder en el gobierno a García Cabeza de Vaca, al ahora diputado federal electo y Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Gerardo Peña Flores, al actual Secretario General de Gobierno, César Verástegui Ostos, el alcalde Tampico que con la victoria electoral ha acrecentado su figura política, Chucho Nader, y el jefe edilicio de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar.
Tras el vuelco electoral, las cosas son diferentes.
Aunque a la aún panista alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez, es incluida también entre los aspirantes del partido guinda, en la de Acción Nacional aparecen, además de los aludidos, los nombres del Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Horacio Ortiz, el Secretario de Desarrollo Económico, Carlos García González, y el Secretario de Administración, Alberto Salazar.
La realidad es que la caballada no se ve a la altura.
Pasada la tormenta, mientras tanto, han empezado los forcejeos por las coordinaciones de las fracciones parlamentarias que entrarán en funciones el primer día de octubre.
En el partido político de AMLO ya se encuentran entre los protagonistas de la disputa a varios de los diputados electos, José Braña Mójica, Úrsula Salazar Mójica y Armando Zertuche Zuani, en tanto que en las filas panistas se da como un hecho que el que tendrá a cargo que ahora ocupa Peña Flores será el Cachorro y jerarca estatal, Luis René Cantú Galván.
Concluido el cómputo federal, por otra parte, la coalición de Morena, PT y Verde Ecologista obtuvieron 186 diputaciones, en tanto que la conformada por el PAN, el PRI y el PRD, lograron 107, a las que se agregarán en breve las de los de representación proporcional.
Como pretendía Dante Delgado, el Movimiento Ciudadano se convirtió en la tercera opción, desafortunadamente, la agrupación quedó en la sexta posición con 25 diputados, cifra muy abajo de la que esperaban obtener ya que dejara al partido muy lejos de inclinar la balanza a favor de Morena o de Acción Nacional.
La victoria más destacada del partido naranja fue la gubernatura de Nuevo León, posición que, a decir de los expertos, es un paquete demasiado grande para el senador Samuel García, quien, sin experiencia administrativa para lidiar con dificultades de esa magnitud, podría verse en aprietos a la hora de gobernar.
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
jlhbip2335@gmail.com