TAMAULIPAS.- Más allá de los resultados evidentes de la elección del pasado 6 de junio (la reconfiguración política de la entidad, el avance de Morena, la consolidación de algunas figuras) hay otras realidades que con los cómputos definidos, vale la pena anotar.
1.- La debacle de los minipartidos. Ya no es novedad, pero en esta ocasión había en el ambiente la sensación de que la irrupción de algunos partidos nuevos y la renovación dirigencial de otros, podrían ponerlos en una situación de ventaja hacia el futuro.
Nada de eso pasó. Los tres partidos que fueron creados como comparsa de Morena y la cuarta transformación mordieron el polvo. Ni Fuerza por México, ni Redes Sociales Progresistas, ni el evangélico Partido Encuentro Solidario lograron el porcentaje necesario para sobrevivir y recibir recursos públicos el año entrante. Vamos, dos de ellos ni siquiera superaron el porcentaje de votos nulos.
2.- El fraude de las encuestas. Todos tenemos que asumir un grado de culpa: durante semanas dimos cuenta de sondeos electorales publicados por encuestadoras de todo tipo. De todas ellas, se deben contar con los dedos de una mano, las que lograron acercarse -ni siquiera atinar- los resultados finales. Los responsables de los estudios recitarán la cantaleta de siempre: que era una fotografía del momento, que muchos factores pueden influir en las variaciones finales, etc.
La realidad es que se confirma una vez más que las encuestas las gana quien las paga y se han convertido en un instrumento de propaganda electoral.
3.- Las denuncias cruzadas de fraude, de violaciones a la ley, pero sobre todo las acusaciones contra el árbitro que ahora, como pocas veces, provienen de los dos principales bandos políticos en disputa, serviría para evidenciar que no hubo consigna.
La del 6 de junio, claro está, fue una elección compleja que seguramente no estuvo exenta de vicios y fallas de todo tipo. Pero al final de cuentas el esfuerzo de ciudadanos en todo el estado rindió frutos como se comprobó con los cómputos finales, que incluyeron recuentos de miles de casillas, y que al final salvo en el caso de Valle Hermoso, no representaron ninguna diferencia en el sentido del resultado final.
Falta evaluar la actuación de los tribunales electorales, que en algunos casos tendrán la última palabra respecto a definiciones importantes.
Si al INE y al IETAM hay poco que reprocharle hasta este momento, ahora la lupa estará sobre el Tribunal Electoral de Tamaulipas y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Ahí se definirán algunas elecciones que serán impugnadas como anunció ayer mismo “El Cachorro”, dirigente del PAN.
Incluso, podría llegar hasta esa instancia el reparto final de plurinominales para el Congreso que ha quedado en suspenso, pero que seguramente sacará chispas entre los partidos que pelearán cada curul con toda intensidad.
El calendario político de Tamaulipas ofrece la particularidad, como ya se ha dicho, de que apenas concluyó la elección del 6 de junio, se desató la carrera por la gubernatura. La mayoría de los partidos planean tener candidato para el mes de diciembre, así tienen diseñada su ruta crítica.
Por eso, a partir de ahora, cada gesto, cada detalle y cada declaración, serán vistos a través del cristal del 2022.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021