11 diciembre, 2025

11 diciembre, 2025

La apuesta por Chucho

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

Si en Morena cada día que pasa se hace más grande la lista de aspirantes a la gubernatura en el 2022, al interior del panismo los resultados del 6 de junio sirvieron como filtro.
Ahí parece haberse quedado solo Jesús Nader, el alcalde de Tampico, que dentro de muy poco seguramente aumentará su presencia en el resto del estado.
La zona conurbada, con todo y su trascendencia política, económica y social, está muy lejos geográficamente -por ejemplo- de la frontera, otra región pujante en términos financieros y electorales. Sin duda, un territorio clave para la elección del 2022.
A pesar de que ha ocupado cargos estatales, y conoce bien la geografía tamaulipeca, el alcalde porteño y su nombre, deben hacer ruido más allá de sus dominios.
Porque ni duda cabe de que el panismo tampiqueño, el más doctrinario del estado, respalda sin regateos el proyecto político de Nader.
A ello se suma la evidente apuesta de los capitales más importantes del sur para que uno de los suyos sea el próximo gobernador de Tamaulipas.
Pero las circunstancias cambiaron radicalmente hace dos semanas. Lo que parecía un camino llano -seguro nunca- hacia un nuevo sexenio panista, se convirtió en una cuesta.
Y Chucho, con los años que lleva metido en la política y en las competencias electorales, lo sabe mejor que nadie.
Por eso, en Victoria un día sí y el otro también se insiste en la posibilidad de que ahora sí, el PAN recurra a una alianza con el PRI para la próxima elección.
La del 2021 se cayó cuando ya estaba todo cocinado, hasta los municipios en los que el tricolor pondría candidato (un par de los grandes).
¿Cambiarían en algo las posibilidades del tampiqueño si el PRI se sienta a la mesa de las negociaciones?
No necesariamente, pero seguro que Nader sabe de esa posibilidad y de la necesidad de mostrarse como la opción más viable para derrotar a Morena, y eso incluye enamorar de muchas diferentes maneras a los priístas.

JR: LA LLAVE DE LOS PROGRAMAS SOCIALES
José Ramón Gómez Leal es el funcionario federal tamaulipeco más cuestionado. Sus críticos han apostado desde hace meses a su destitución y en las últimas semanas, al fragor de la lucha electoral lo han sepultado como prospecto para el 2022.
Es verdad que sus posibilidades son mínimas, casi nulas.
Pero harían mal los morenistas en menospreciar el peso político del delegado federal.
Por las razones que sean, López Obrador entregó al “JR” un tesoro con el que no cuenta ningún otro cuadro de la cuarta transformación en Tamaulipas: el manejo, casi a discreción, de los programas sociales y sobre todo, la información de miles de beneficiarios de todo el estado.
Hasta nuevo aviso, becas, apoyos y vacunas están bajo su control.
Y quien quiera trascender el año que entra, deberá en algún punto tocar base con el reynosense.

LA AMENAZA DE LAS CUENTAS
Desde los más pacíficos, hasta los más aguerridos, todos los presidentes electos de Morena han advertido que revisarán con lupa las cuentas públicas de sus antecesores. De hecho lo hicieron una de sus principales promesas de campaña.
Pero no serán los únicos. Parte de la trascendencia que tienen los triunfos morenistas en las urnas, está en que los diputados de Morena ahora tendrán bajo su control la aprobación o el rechazo de las cuentas públicas de los 43 municipios del estado.
Si se lo proponen, se pueden convertir en un más que un dolor de cabeza para los ediles que están por dejar su cargo en unos meses, y para los que empezarán su administración el 1 de octubre.
La mala noticia para los presidentes municipales panistas es que precisamente esa es su intención.
La eficiencia en el uso de los recursos públicos, y por qué no, su capacidad para negociar, será fundamental en lo que está por venir.

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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