TAMAULIPAS.- Es de sobra conocido que Carmen Romero Rubio y Castelló nació en Tula en 1864, y que solo permaneció en Tamaulipas cuatro meses, para luego ser trasladada, no se sabe con certeza hacia donde, dado que en la capital su familia no podía regresar ya que precisamente huía del imperio y la invasión francesa.
Este es un capítulo un tanto confuso al parecer sin interés de ser aclarado debidamente por quienes se dedican a estudiar esta clase de asuntos.
Lo importante es que Carmelita caso y casó bien con Porfirio Díaz Mori el 5 de noviembre de 1881, cuando apenas cumplía 17 años, mientras él de 51, recién dejaba la Presidencia de la República y se preparaba para asumir la gubernatura de Oaxaca, según acuerdo con su compadre “el manco” Manuel González Flores quien lo sustituía en la primera magistratura. Fue un matrimonio de conveniencia.
Y es que Manuel, el padre de Carmelita, era un político ambicioso, ex “enemigo irreconciliable” de don Porfirio (al que le interesaba conquistar para futuros planes de poder).
Don Manuel había sido jefe del control del congreso y principal defensor de Sebastián Lerdo de Tejada, cuando éste fue obligado a exiliarse huyendo de la persecución de Díaz quien incendió al país con el Plan de Tuxtepec para posteriormente apoderarse de la Presidencia.
Fue literalmente por un golpe de fuerza por el que don Porfirio logró la Presidencia en la primera ocasión de 1877 a 1880, aun cuando fue disfrazado de un proceso electoral fingido. Carmelita por su parte se adecuó a las circunstancias, acostumbrada como estaba al lujo, el poder, la riqueza y todo lo que esto conlleva, siendo Primera Dama de México 27 años.
Dícese que sin descendencia, la unión no se consumó porque don Porfirio se la pasaba mejor con mujeres de pueblo y de ello dejó constancia en Rafaela Quiñones, Francisca Ramírez y Juana Cata Romero, dejando críos cuando menos, en las primeras dos.
Lo que no obstó para que el general entregara como regalo de bodas a Carmelita, valioso anillo que contenía los diamantes incrustados sobre la guarnición de su espada de gala obsequiada por la ciudad de México, “por haber combatido con gloria a la intervención y al Imperio”.
Don Porfirio conoció a Carmelita en una fiesta en la representación de EU como un año y medio antes, cuando su esposa estaba encinta del último producto que nació asfixiado.
Delfina, la sobrina carnal con la cual se había casado moriría semanas después. El general buscó pretexto para relacionarse con la hija mayor de Manuel Romero Rubio y lo encontró convirtiéndose en su alumno de las clases de inglés que la joven impartía a selecto grupo de amistades.
Y no tardó mucho en conquistarla convirtiéndola en novia mediante una carta de enamoramiento verdaderamente cursi que a la letra decía: “Carmelita: yo debo avisar a usted que la amo.
Comprendo que sin una imperdonable presunción no puedo esperar que en el ánimo de usted pase otro tanto y por eso no se lo pregunto; pero creo que en un corazón bueno, virgen y presidido de una clara inteligencia como la de usted, puede germinar ese generoso sentimiento, siempre que sea un caballero el que lo cultive y sepa amar tan leal, sincera y absolutamente como usted merece y yo lo hago ya de un modo casi inconsciente”.
“Yo deseo emprender esa obra; estoy ya en la necesidad de seguirla si usted no me lo prohíbe y a ese efecto espero su respuesta, en concepto de que si usted me dice que debo prescindir no necesita usted decirme por qué, yo siempre juzgaré poderosas sus razones e hijas de una prudente meditación y pueda usted estar segura de que obedeceré su consigna sin permitirme calificarla de injusta por cruel que la sienta” “Piense usted que va a resolver una cuestión de vida o muerte para su obediente servidor que espera sumiso y anticipadamente pide perdón.
Porfirio Díaz”…¡Uffff!. Carmelita estuvo al lado del general hasta la muerte de éste, acaecida en Paris el 2 de julio de 1915, es decir 34 años y le sobrevivió 29 años, falleciendo en la CDMX el 25 de junio de 1944, sin lograr ver cumplido el sueño de trasladar a nuestro país los restos de don Porfirio los cuales permanecen en Montparnasse.
En este sentido recordéis que al inicio del régimen morenista, el tema fue retomado por partidos como el Verde Ecologista y el PAN desde luego, para repatriar los despojos del general a lo que AMLO no se opuso, por el contrario, reconoció que son tiempos de reconciliación, sin embargo el asunto no se volvió a tocar.
ESTOS VOTOS QUE VEÍS
Se cumplieron los pronósticos respecto de la baja votación para enjuiciar a los ex presidentes neoliberales. Al parecer solo participaron algo más de seis millones de ciudadanos que de alguna manera hicieron oír su voz.
Al margen de que el 97 por ciento de ellos exigen un ajuste de cuentas por parte de la república a los ex, lo más importante es que la consulta en cuestión, podría convertirse en costumbre democrática en el futuro. Por supuesto el ensayo no fracasó y así lo reconocen dos declarados adversarios: Lorenzo Córdova y Andrés Manuel López Obrador, mismos que coinciden en que los objetivos fueron logrados.
Claro que pudo ser mejor, si el INE no hubiera acudido a las viejas prácticas de ocultar y aminorar drásticamente los centros de votación, así como regatear la difusión, sobre todo en los medios más importantes los cuales obviamente, calificaron este lunes el resultado como “desprecio” a la 4T y a su líder.
AMLO por su parte sigue desconfiando del INE y hay razón porque se considera víctima de trampas orquestadas, bien por las actuales autoridades electorales o por las anteriores que propiciaron fraude, especialmente en el 2006 cuando regalaron la Presidencia a Felipe Calderón.
De ahí que no pierde oportunidad para recordar que el INE no está a la altura del interés republicano. Sucedió por ejemplo el viernes anterior al asegurar que dicho organismo actúa en sentido contrario a la democracia, cuando debiera ser su principal promotor.
Algo similar repitió este lunes durante “la mañanera”, recordando que ya viene la propuesta de reforma electoral que sin duda acabará con la manipulación del voto ciudadano, (y no precisamente hacia el desarrollo democrático).
SUCEDE QUE
Anda tan perdido “el guasón” Héctor Garza González, que confunde a Tamaulipas con el circo de la risa y a MORENA con el devorador de ilusiones.
Y hasta la próxima
POLVO DEL CAMINO / MAX ÁVILA
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021