TAMAULIPAS.- Tienen razón quienes insisten en que los dos políticos que tendrán la última palabra para elegir a los candidatos que se enfrentarán en el 2022, seguramente ya habrán tomado su decisión.
O al menos, el presidente López Obrador debe tener a su favorito entre la baraja que le han presentado para Tamaulipas, y el gobernador habrá visualizado quién será el idóneo para encabezar la casi segura alianza PAN-PRI-PRD en la entidad.
¿Quiénes son? Difícil saberlo. Aunque los equipos de uno y otro lado difundan frenéticamente versiones de que sus jefes ya están palomeados, AMLO y Cabeza de Vaca han mostrado a lo largo de su trayectoria que sus decisiones son difíciles de descifrar, y algo saben de fintas y amagues políticos.
Ahora bien, si los grandes electores ya eligieron y, más allá, si ya lo comunicaron a su equipo más cercano o incluso a los susodichos, estos cometerían un grave error en sentirse seguros en la boleta. La soberbia y la arrogancia son las peores consejeras, y la historia política de Tamaulipas está llena de ejemplos que lo confirman.
Por eso, hasta los que en estos momentos aparecen como los rivales más débiles, están dispuestos a poner lo que sea necesario durante los próximos meses para llegar a fin de año en la lista de finalistas.
Este escenario es fácil de identificar en Morena. Un partido que, tan solo en la última elección, tuvo que sustituir dos candidatos a gubernaturas ya con la campaña iniciada.
Los punteros en las encuestas pueden cometer errores, y los de la parte más baja de la tabla, es más, los que ni siquiera aparecen en las mediciones, todavía podrían pegar una campanada, un golpe de suerte que los catapulte.
Además, hay otra motivación que mueve a muchos de los aspirantes morenistas; la posibilidad de llegar a diciembre con las canicas necesarias para negociar algo, lo que sea; si ganan la elección del 5 de junio, Morena por primera vez accedería al control del Ejecutivo, y sobre todo, su presupuesto; en ese caso, la pepena de posiciones en la estructura estatal se pondría muy interesante.
Si no lo cree, eche un vistazo al zafarrancho político que ha significado la futura selección del presidente de la Junta de Coordinación Política, que a poco más de un mes de tomar posesión, ya fracturó a la futura bancada morenista.
Por el lado de Acción Nacional, el proceso de selección seguramente no será sencillo, pero los tres principales aspirantes avanzan con relativa armonía, sobre todo porque ninguno parece dispuesto a salirse de la fila y rebelarse a la manera en la que el gobernador ha propuesto la sucesión.
Jesús Nader, César Verástegui y Gerardo Peña compiten, por lo menos hasta el momento, sin codazos ni puntapiés.
Ya veremos cómo llegan a diciembre, pero el panismo sabe bien que -rumbo al 2022- caminan al borde de una cornisa muy delgada, y que si atienden lo que dicen la mayoría de las encuestas, no pueden darse el lujo de una ruptura que los ponga en un escenario todavía más complejo contra Morena.
Si el Secretario General de Gobierno es el elegido, no puede darse el lujo de perder el apoyo de los panistas porteños y los capitales que apuntalan su proyecto político, y si Chucho al final de cuentas recibe el visto bueno, también necesita los amarres necesarios para expandir su influencia más allá de la zona conurbada.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES
????????-Si aún no recibes las noticias de @ExpresoPress en tu #WhatsApp, envía un mensaje al número 834 247 75 53 y comienza a recibir de forma gratuita nuestra información. #Tamaulipas #EXPRESO pic.twitter.com/hWQlmIHnzn
— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021