TAMAULIPAS.- El 16 de agosto de 2015, Ricardo Anaya Cortés fue elegido dirigente nacional del PAN en una elección dispareja fuertemente cuestionada por los contrincantes, Javier Corral Ayala y Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del partido político, que criticaron al mexiquense avecindado en Querétaro de haber utilizado los órganos albiazules para lograr la victoria.
El resultado del proceso interno provocó, por ese motivo, la renuncia al partido político del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y de su esposa Margarita Zavala.
El michoacano justificó su dimisión señalando que dejaba la agrupación “porque la camarilla que controla al partido ha abandonado por completo los principios fundamentales, las ideas básicas y las propuestas del PAN”.
Tres años después, concretamente el 12 de noviembre de 2018, arremetió también contra el triunfo que llevaría a Marko Cortes Mendoza a la presidencia del CEN.
“La esencia de Marko Cortés, escribió entonces el ex inquilino de Los Pinos en su cuenta de tuiter, es la traición, la corrupción y la hipocresía. Ahora traiciona hasta al propio Ricardo Anaya”, expresó.
Sin embargo, tras el fracaso presidencial de la ex primera dama y de que el INE le negara el registro al Partido México Libre con el que pretendían participar en la elección del 6 de junio de 2021 y luego en la sucesión presidencial de 2024, Calderón y su cónyuge se vieron obligados a regresar a Acción Nacional y en estos momentos los calderonistas han vuelto a reagruparse, ahora para tratar de impedir que el actual jerarca nacional continúe en el cargo por otro periodo.
Los nuevos aspirantes a la dirigencia del partido de Gómez Morín, el gobernador saliente de Querétaro, Francisco Domínguez, la diputada Adriana Dávila y el ex candidato a gobernador de Tlaxcala, Gerardo Priego, junto con el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, el Senador Gustavo A. Madero y el ex gobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, al que se ha sumado el ex dirigente nacional, Damián Zepeda Vidales, igual que los seguidores del ex presidente Fox, han creado un frente común para truncar en la elección de noviembre el proyecto político urdido por Cortés y compañía para reelegirse.
Los enterados coinciden en que no lo conseguirán, entre otras razones porque como Anaya, Cortés Mendoza se ha adueñado de la estructura partidista, los integrantes del CEN lo mismo que los órganos del partido, incluida la presidencia de la Comisión Organizadora de la renovación de noviembre, en donde impuso, dicen, a Gonzalo Altamirano Dimas, uno de sus incondicionales, para echar abajo cualquier eventual impugnación de los perdedores.
Como en el 2015 y el 2018, los opositores a la reelección han enarbolado como banderas de lucha la exigencia de que Cortés renuncie al cargo si aspira a reelegirse, además de echarle en cara haber puesto a su servicio al Comité Nacional y las organizaciones panistas, usar el padrón de militantes para promover sus aspiraciones y optar por el dedazo en vez del método democrático en la elección de los candidatos a puestos de elección ciudadana, entre otras críticas.
A diferencia de otros aspirantes en el pasado, sin embargo, Francisco Domínguez cuenta con el respaldo de la asamblea de gobernadores panistas, la GOAN, con los que piensa dar la pelea a Marko y compañía. En temas locales, mientras tanto, el alto mando nacional de Morena se prepara para sancionar a los morenistas tamaulipecos que le jugaron las contras al partido en el pasado proceso electoral, como la diputada local Edna Rivera López, que votó en contra del desafuero del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, entre otros.
En Altamira, por otra parte, la alcaldesa Alma Laura Amparan Cruz recibió ayer el reconocimiento de las autoridades ejidales del municipio.
Delegados, comisariados y representantes de las comunidades campesinas destacaron el esfuerzo, las obras y programas puestos en marcha por la actual administración para ayudar a mejorar las condiciones de bienestar de los habitantes del medio rural, durante el tiempo que lleva de gobernar la población.
Antes de concluir, a pesar de que los medios de comunicación han minimizado el caso, parece que en Afganistán, como sucedió el 30 de abril de 1975, cuando el Viet cong entró en Saigón, la capital del Vietnam, se gesta la segunda gran derrota militar que sufrirán los Estados Unidos, revés que, a decir de los especialistas, pondría fin a la hegemonía de Washington y Europa después de la Guerra Fría
ENROQUE / JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021