TAMAULIPAS.-“Los viejos tenemos que fingir que somos jóvenes porque quien no es joven está enfermo en nuestra sociedad. La juventud, por razones sociológicas y de consumo, se ha convertido en la totalidad de la vida; si no quieres ser excluido, debes fingir que eres joven hasta la tumba” escribe el filósofo y escritor español Fernando Savater.
Ahora con la exagerada exposición a las plataformas digitales, un tanto por el confinamiento pandémico y otro tanto por la innovación constante de las nuevas herramientas de la comunicación, el reto es parecer siempre esbelta, blanca y sonriente, con filtros que emulan las bellezas estereotipadas de las princesas o de las siempre jóvenes y delgadas “influencers”.
Y como muchas de las enfermedades biológicas o psicológicas la “Dismorfia” afecta más a las mujeres, aunque los jóvenes del espectáculo no escapan a la tentación de presentarse en “selfies” siempre bellos y exageradamente fornidos.
Este mal, de nuestro tiempo, ya es estudiado con escrupulosidad por los especialistas, y desde hace cuatro o cinco años, apuntan a otra emergencia de salud pública, agravada por la pandemia.
Ante el distanciamiento social, la ventana pública de las redes nos ofrece la ilusoria oportunidad de decirle al mundo que estamos bien, que hacemos ejercicio y comemos sano, y posteamos fotos truqueadas como evidencia, sin embargo, aunque ya nadie se las crea, el problema de la “Dismorfia” es que hace pensar a quien la padece, que si es real lo que está viendo en pantalla. Y de ahí al quirófano.
Cada vez son más usuales y más baratas las cirugías estéticas, el reto entonces es parecernos a la irreal persona que posteamos, tomando como patrón de imagen lo que las propias redes nos recetan, Barbie o Ken, las Kardashian, la cantante de moda, que no canta, pero retrata bien, y la “miss” con más “like”, es un círculo vicioso que embulle a muchas.
Hasta las revistas rosas, o del corazón, que fomentan las bellezas extremas como la Hola, Cosmopolitan, Marie Claire o Quién, que se inventaron el “Photoshop” para publicitar cuerpos delgados y rostros femeninos blanqueados, ya publican artículos con referencias médicas sobre los peligrosos filtros de las redes sociales.
Sobre esto, invitan a reflexionar las colectivas feministas, como Las Brujas del Mar que muy activas en la defensa de los derechos de las humanas cuestionan: ¿Han notado que cada vez más y más chicas en redes sociales suben historias vendadas y fajadas de todo el torso, brazos y piernas por una operación estética? ¿Qué las chicas cuando cumplen 15 piden rinoplastias y operaciones de senos? Y nos ofrecen una respuesta: Es el sistema capitalista y patriarcal que coacciona las decisiones de las mujeres, cada vez más jóvenes, enseñándoles que la “mejor versión de sí misma” es gastando dinero para verse diferente, para una versión híper sexualizada o pornificada.
Estudios refieren que cada día se hacen más operaciones estéticas a mujeres que piden verse como la foto falsa de la red, “verse como con un filtro de Instagram”. “Recordemos: La libre elección es un mito en el patriarcado del consentimiento”.
El empoderamiento femenino que buscan con bellezas de oropel, es tan falso, como una foto trucada.
Para contrarrestar este fenómeno, aparece un nuevo reto, promovido por las mismas artistas que lanzaron el #MeToo o Yo También, movimiento de denuncia pública sobre el acoso y hostigamiento sexual, ellas aparecen ahora sin filtros, sin maquillaje, con canas y hasta con “llantitas” para fomentar la naturalidad de nuestros cuerpos. La aceptación del ser mujer, sin estereotipos ni exigencias sociales.
EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE
????????-Si aún no recibes las noticias de @ExpresoPress en tu #WhatsApp, envía un mensaje al número 834 247 75 53 y comienza a recibir de forma gratuita nuestra información. #Tamaulipas #EXPRESO pic.twitter.com/hWQlmIHnzn
— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021