Lo consiguió una mujer, una mexicana radicada en Nueva York abordó al presidente para hablarle de la urgencia de medicamentos en instituciones de salud pública de su país, no fue de porrista, ni a gritar arengas políticas, fue un encuentro casual.
Al regreso, de su segundo viaje al extranjero, los dos han sido a Estados Unidos y próximamente el 18 de noviembre hará otro al mismo país, López Obrador se reunió con su gabinete y radicalmente cambió su discurso. Las notas de prensa cuentan que ya es otro, que lo sacó de quicio enterarse allá de la inexistencia de medicinas acá.
Hace más de un año las manifestaciones de padres y madres de niños con cáncer le han querido hacer ver el problema, pero el presidente ve una afrenta política en cada expresión pública colectiva y los desoye, tampoco atiende los reclamos que se publican en la prensa, creía que eran “fake news”.
Finalmente, aceptó que ha fallado, que su administración en los primeros tres años de gobierno, no ha cumplido con salvaguardar derecho humano de la salud.
Según él, hay dinero, ya se acabó la corrupción entre los proveedores de los medicamentos y los hospitales, ahora falta que se concreten las compras y llegue sin intermediarios, la medicación a quien lo requiere.
Debieron pasar tres años y dos viajes relámpagos, para qué el presidente López Obrador hablará fuerte a empleados de salud y el Insabi, luego de detectar la compra de medicamentos que, hacia el gobierno con empresas intermediarias, vinculadas a políticos corruptos, lo que sigue es terminar el desbasto, bueno sería también que castigarán a los responsables de la mala práctica, que llevó a muchos a enfermedades largas o la muerte, pero será otro caso de justicia social que quedará impune.
“Ya tenemos que terminar de resolver el problema del abasto de los medicamentos, esto es para Juan Ferrer, para Alcocer, yo no quiero escuchar de que faltan medicamente y no quiero excusas de ningún tipo, no podremos dormir tranquilos si no hay medicamentos para los enfermos” por vez primera, aceptó la crisis de medicamentos.
Al día siguiente tamizo el discurso, pero el regaño ya estaba hecho, ojalá que sea el jalón de orejas que estaba faltando para destrabar la dolorosa circunstancia que desde inicio el sexenio viene afectando a miles de familias, en tiempos tan difíciles para la salud pública debido a la pandemia por Covid 19, que no existan ni paracetamol en el IMSS es gravísimo.
Muchas quimioterapias se perdieron por la necedad presidencial, pero llegó un alma buena y se topó con el necio, allá en el extranjero. A ver si así se compone el rumbo.
Falta ahora, que cuando vaya de nuevo a Estados Unidos, a la Cumbre de Líderes de América del Norte, se le aparezca una feminista y le hable de las violencias que todos los días enfrentan las mujeres de este país.
En esa reunión los presidentes de Canadá, Estados Unidos y México abordarán los desafíos de la pandemia, el cambio climático y la inmigración, tres problemas fundamentales que el mundo enfrenta, con más afectaciones para las féminas.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE