TAMAULIPAS.- En México, en las últimas cuatro décadas, la tasa de crecimiento se ubicó en alrededor de 2.2 por ciento anual, una tasa baja considerando que es una economía subdesarrollada y con alto potencial de crecimiento; de acuerdo con las características de la economía mexicana, su tasa de crecimiento debería oscilar entre 5 y 7 por ciento anual.
Algunas de las razones por las que la economía mexicana crece a un ritmo muy lento se debe a que el país continúa exportando una gran cantidad de materias primas y bienes intermedios, los cuales termina regresando al país en forma de bienes de capital o bienes de consumo.
Esto significa que, además de las exportaciones petroleras, el país exporta principalmente productos que se emplean en un proceso de producción para elaborar productos finales. En el caso de Tamaulipas, se produce una gran cantidad de productos de polímero, arneses automotrices, productos electrónicos de automóviles, regionalmente se produce vidrio, entre otros productos que son empleados en la industria automotriz. Con esta oferta de productos, se podría desarrollar en la región la producción de vehículos.
Podríamos mencionar otros casos como la industria de la computadora, televisión, productos alimenticios procesados, entre otros, que, en lugar de promoverse la inversión para producirse en el país, se envían a otros países los productos intermedios para su elaboración.
En este sentido, existe un área de oportunidad en el país para impulsar una estrategia que integre las industrias de productos intermedios con el propósito de elaborar productos finales, con los cuales se abastecen el mercado nacional y el excedente puede ser exportado.
Una estrategia de esta naturaleza representa una gran oportunidad para mejorar las condiciones económicas y sociales del país. Esto debido a que se genera inversión en capital físico y humano, que contribuiría no solamente en la generación de empleo especializado, sino que también representa una oportunidad para elevar los salarios reales y a elevar el crecimiento económico.
Además, que representa la posibilidad de reducir la dependencia que tiene el país en la demanda de bienes finales del extranjero. La necesidad de impulsar una estrategia con esta condición no solamente obedece al bajo crecimiento, sino que, de acuerdo con los reportes del empleo formal de los últimos años, se observa que el empleo para los jóvenes se ha venido desacelerando, y durante el periodo de pandemia se acentuó.
El reporte de octubre de 2021 del IMSS señala que es el sector de la población que crece a un ritmo muy lento y que aun se encuentra lejos de alcanzar los niveles que se observaron en 2019. Otro dato revelador es que, de acuerdo con cifras de la Población Económicamente Activa de los jóvenes, solamente 35 por ciento ha logrado tener acceso a un empleo formal, el resto se encuentra en la informalidad o desempleado.
Ante este escenario, es fundamental reactivar la economía integrando los sectores de producción intermedios, con lo que se mejoraría el nivel de empleo, la tasa de crecimiento sería mayor, se elevaría el salario real, tendríamos menor dependencia del extranjero, en términos generales, los niveles de bienestar se elevarían
REFLEXIONES EN ECONOMÍA / JORGE ALBERTO PÉREZ CRUZ
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021