TAMAULIPAS.- El control de daños al interior de Morena tras el escándalo desatado por el caso Carmona no ha sido sencillo. En primer lugar, porque sobra la discordia entre los muchos grupos que coexisten al cobijo de la cuarta transformación en Tamaulipas.
No hay quien pueda sentar a la misma mesa a todos los aspirantes. Así quedó demostrado el fin de semana con la reunión urgente convocada por el delegado en Victoria, a la que no acudieron todos los protagonistas, y los que sí asistieron salieron del lugar sin acuerdos de relevancia.
Pero el punto más importante en la estrategia morenista para evitar que el asunto de los Carmona les reviente en la cara, es acelerar el proceso de selección. Si las cosas les salen como las tienen planeadas, a más tardar el 15 de diciembre se dará a conocer a su candidato.
La intención de la dirigencia es dar vuelta cuanto antes a esta página, y empezar de inmediato una nueva operación cicatriz que, aunque difícilmente logrará poner de acuerdo a los aspirantes rechazados, tiene por objetivo evitar escurrimientos hacia otros partidos. La apuesta de la cúpula morenista es que más allá de lo álgido que ha sido el proceso interno, la fuerza presidencial los convenza -o los obligue- a sosegarse.
En sus cálculos, del actual fuego cruzado pasarán a un acuerdo de paz que por lo menos les permita llegar al 5 de junio en el mismo equipo. Según la lógica deslizada desde la Ciudad de México, los principales aspirantes a la candidatura tienen alguna liga directa con la estructura formal de la cuarta transformación que no querrían romper.
Pelearse con el Presidente y azotar la puerta del partido no es opción para ninguno de ellos. En la ruta de Morena está la inminente aplicación de las encuestas en los próximos días.
A principios del próximo mes, la Comisión Nacional de Elecciones echará a andar la maquinaria para que en la segunda semana de diciembre, con los números estadísticos en la mano, se oficialice la decisión final que se tome, o que ya se tomó, en Palacio Nacional.
Por lo pronto, sea por el caso Carmona o por la inercia que ya traían, a los cuatro finalistas palomeados por el Consejo Nacional, se sumaron varios más que también serían estudiados por las casas encuestadoras. Aunque ninguno de los órganos oficiales de Morena lo ha confirmado, se sabe que Adrián Oseguera y Héctor Garza brincaron el primer filtro.
Y por las mujeres también se sumaría a Carmen Lilia Canturosas y Guadalupe Covarrubias. Sigue siendo una incógnita el destino de José Ramón Gómez Leal, a quien cada vez se le ve menos activo en las redes sociales.
A la par de la operación al interior del partido, en el futuro inmediato también vislumbran la necesidad de una adecuada estrategia legal para defender, si lo consideran viable, a quienes pudieran ser salpicados por el escándalo de los empresarios reynosenses.
En resumen, a cuatro meses del inicio de las campañas, Morena está frente a una primera prueba de fuego mayúscula.
De la habilidad de sus principales operadores dependerá si logran llegar a la elección con la misma ventaja que actualmente arrojan las encuestas. Porque ya deberían saberlo, lo más difícil, la verdadera guerra, apenas está por venir.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES