TAMAULIPAS.- La trilogía PRI-PAN-PRD que participará como tal, cuando menos en cuatro estados el próximo año, podría significar un ensayo para el 2024 donde ya se apuntan Alejandro Moreno Cárdenas y Ricardo Anaya, aunque este último, por sus pendientes con la Fiscalía General, prefiere mantenerse en calidad de huido, cuando prometió que al igual que AMLO recorrería cada rincón de la república, lo cual no fue posible dado que a la vuelta del primer camino se topó con las sospechas.
¡Y pa’atrás los filders!. De los citados partidos todo se puede esperar, renunciado que fueron a su tradición y desde luego al respeto que varias generaciones les prodigaron. Eso hay que reconocerlo toda vez que fueron protagonistas del desarrollo político de la república, así haya sido para mostrar a los mexicas que el pensar y actuar diferente trae complicaciones de todo tipo, para bien o para mal.
Esta unión tiene como vértice el interéssimple y llano. Ya no hay porque disfrazar intenciones ni esconder ansiedades, se trata de obtener poder a costa de lo que sea. Y no se les critica, al contrario se aplaude porque sin rubor muestran lo que son. Y en este sentido pareciera que no existen diferencias, ni siquiera en el discurso que ha de construirse a partir del solo objetivo de tumbar a Morena, es decir al supremo gobierno, es decir a AMLO. PRI-PAN y PRD, van por el rescate del neoliberalismo y ojo porque puede ser la última oportunidad, al menos en la historia política del México moderno.
Se trata de una generación partidista que gobernó con minorías privilegiadas ajenas a cualquier signo humanista, fraternal o nacionalista, donde el país fue lo que la mercancía al capital, solo material de cambio cuyas consecuencias las sufre la mayoría empobrecida que con la 4T observa la luz al fondo del túnel.
Las dirigencias entonces, están en su derecho de tomar decisiones que les convengan, pero lo que no pueden hacer es dar la espalda a la militancia. Por ejemplo, ¿dónde está la opinión de los millones de priistas que durante tantos años lucharon contra los panistas, sus adversarios históricos?. En este sentido, Alejandro Moreno Cárdenas no solo niega a su partido, sino pisotea la memoria de quienes escribieron con sangre la ideología del tricolor.
Pero además Alejandro Moreno Cárdenas aprovecha el liderazgo para auto proclamarse candidato presidencial. Recordéis, es algo parecido a lo que Ricardo Anaya hizo cuando dirigió al PAN que originó deserción masiva y humillante derrota. Total como dice AMLO, “ya no pueden negar que son los mismos”…Y ni modo que sea invento.
¿PARA CUÁNDO JOVEN?
“El músculo duerme la ambición trabaja”, algo así dice el viejo tango de Gardel.
Nada que ver, aunque en los últimos días una calma “chicha” ronda y reina en Morena donde los y las que aspiran a la candidatura estatal, prefieren guardar hasta donde es posible, la discreción que les permita seguir en el juego.
Habíase dicho que sería crucial la mitad de diciembre para conocer al menos, el perfil del abanderado(a) que habría de enfrentar a un adversario que arrolla y abruma por caminos, atajos y veredas, sin embargo nada, nadita de nada sucede, al menos hasta la hora de escribir esta columneja. “No hay prisa”, dicen, y la decisión podría conocerse hasta enero y pue-quemás allá.
Entre tanto la tropa morenista hace conjeturas, discute en familia, pelea con “los cuates”, apuesta carnes asadas, suelta pronósticos y presuntas encuestas en redes dejándose llevar por la tentación de un mejor y engañoso futuro y hasta los matrimonios duermen en camas separadas (si no es que alguno(a) regresa oliendo a leña de otro hogar).
Lo cierto es que la raza espera y se desespera sin que nadie calme su inquietud o desconfianza, que pa’l caso es lo mismo. SUCEDE QUE ¿Desde cuándo persigue la mala suerte a la capital de Tamaulipas?…Buena pregunta. Y hasta la próxima.
POLVO DEL CAMINO / MAX ÁVILA