TAMAULIPAS.- El aparente estado de calma que se vivía tras darse a conocer los resultados de las encuestas de Morena, se quebró anoche con la noticia de que Maki Ortiz impugnó formalmente la designación de Américo Villarreal.
Es muy poco probable que prospere el alegato de la ex alcaldesa de Reynosa, pero inevitablemente mete ruido a un proceso en el que estaba por iniciar la operación cicatriz. Como sea, en la dirigencia nacional confían en que el Tribunal ponga en su justa dimensión el intento de reclamo, porque además de la carta en la que todos se comprometieron a respetar los resultados, la base novena de la convocatoria emitida por Morena advierte que los resultados de las encuestas son “inapelables”.
Más allá de la escaramuza de Maki, con quien será difícil llegar a un acuerdo, la intención de Américo Villarreal es tender puentes hacia todos los grupos políticos que apostaron en el proceso interno y que salieron lastimados con la derrota.
El senador les va a llamar, si no es que ya habló personalmente con los otros seis aspirantes; la intención obvia es sumarlos al proyecto. Determinar en qué términos se involucrarían, será la primera tarea de alto riesgo que deberá operar personalmente el virtual candidato.
Los ojos no están puestos solamente en Maki Ortiz y Rodolfo González Valderrama; especial preocupación genera lo que pudiera gestarse en Madero, los dominios del alcalde Adrián Oseguera, quien además ejerce importante control sobre una fracción de la bancada morenista en el Congreso, que atiende más sus indicaciones que las de Armando Zertuche. En el otro extremo de Maki están personajes como José Ramón Gómez Leal y Olga Sosa, quienes tienen un pie y medio en el equipo de Américo.
A estas alturas todavía es una incógnita la conducta que pueda tomar Héctor Garza González. El plan trazado por Morena -un partido acostumbrado a los constantes pleitos internos- ya contemplaba diferentes niveles de encono. Por eso decidieron anunciar las candidaturas antes del fin de año, para contar con el tiempo suficiente para acercarse a quien puedan contentar, o neutralizar a quienes decidan dinamitar su relación con la cuarta transformación.
Estos últimos no serán muchos. Para bien o para mal, el peso político del presidente López Obrador sigue siendo inmenso comparado con el que pudieran ostentar algunos liderazgos regionales en el estado. La línea a favor de Américo, dictada desde Palacio Nacional, fue muy clara. La opinión presidencial siempre fue nítida.
A partir del 2 de enero, con el inicio del periodo de precampañas, Américo Villarreal podría iniciar a realizar actos dirigidos a la militancia de Morena, y la ley no lo obliga a pedir licencia. Por lo pronto, su equipo compacto está en el proceso de planeación que incluye, en paralelo, la edificación de una estructura de campaña que debe tener interacción con todos los actores prioritarios del partido en el estado.
DÍAS DECISIVOS EN EL PAN En Acción Nacional corren dos versiones opuestas sobre la agenda de la sucesión. Por un lado, hay quien afirma que es cuestión de días para que se haga el anuncio oficial de quién será su candidato por la vía de la unidad.
En ese contexto, se inscribiría una eventual renuncia de César Verástegui a la Secretaría General de Gobierno. Pero también hay trascendidos que sitúan la decisión final hasta mediados de enero, porque insisten, antes tendrían que aplicarse encuestas para medir el posicionamiento de los aspirantes.
CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES