Es cuestión de días para que César Verástegui presente su renuncia a la Secretaría General de Gobierno, y pueda dedicarse de tiempo completo al proceso de selección de candidato del PAN para la gubernatura de Tamaulipas.
Dicho procedimiento concluirá con su ungimiento como abanderado de la alianza Va por Tamaulipas para enfrentar a la coalición Juntos haremos historia, que encabezará el doctor Américo Villarreal Anaya.
Ni la ley electoral, ni la convocatoria del PAN obligan al “Truco” a separarse de su cargo, pero la idea es que el todavía funcionario pueda maniobrar a sus anchas e incluso aproveche el periodo de precampañas para arrancar su actividad política, y contrario a lo que ha ocurrido hasta el momento en los eventos de TxT, ahora sí pueda tomar el micrófono para expresarse abiertamente.
Hasta donde se sabe, el plan en Acción Nacional está perfectamente planchado y los demás aspirantes ya conocen su destino. Salvo que estemos presenciando el mejor acto de ilusionismo político de los últimos tiempos, muy pronto, esta misma semana, se dará a conocer la designación de César Verástegui, quien contaría con el apoyo de Jesús Nader, e Ismael García Cabeza de Vaca.
El alcalde y el senador, aseguran fuentes desde el interior del panismo, serán llamados a ocupar posiciones centrales dentro de la campaña.
La consigna es ganar la elección a como dé lugar.
Desde luego no será fácil. El primer diagnóstico que se realizó en la esquina blanquiazul y que en buena medida ha guiado la manera en la que se ha desarrollado el proceso interno es que el menor asomo de ruptura los condenará a la derrota anticipada.
La designación de César Verástegui obedece a esa premisa.
Es la carta propuesta por el gobernador Cabeza de Vaca, y para los panistas ir en contra de eso significaría un suicidio.
Pero tampoco debería menospreciarse el impacto de otras posibles escisiones.
El reto para el “Truco” y su equipo será abrir las puertas cuanto sea necesario, o quizás solo lo justo, para que el panismo del sur de Tamaulipas, que le apostó a Jesús Nader, se sienta incluido en el proyecto político que están por emprender.
No será sencillo y claro, dependerá mucho de la actitud que a partir de ahora asuma el alcalde porteño.
A partir de ahí, convocarán hasta a los aliados menos pensados. No se debe perder de vista, por ejemplo, el destino de Maki Ortiz tras su reclamo contra la designación de Américo Villarreal como candidato de Morena. Mientras, en el equipo de la cuarta transformación aprovecharán el periodo de precampañas para hacer la planeación integral de una campaña inédita para cualquier partido de izquierda en Tamaulipas.
Nunca habían estado tan cerca de la victoria, pero nunca habían enfrentado a una maquinaria político-electoral tan poderosa.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES