TAMAULIPAS.- Aunque parecen lo mismo, no lo son. Las alianzas que suscribieron por un lado el PAN, PRI y PRD; y por el otro, Morena con el PT y el Verde, tienen sus propias condiciones, con particularidades que tendrán repercusiones a la hora de ocupar el Palacio de Gobierno en caso de sacar la victoria el 5 de junio.
La de “Va por Tamaulipas” que incluye a panistas, priístas y perredistas, es una coalición.
De entrada, cada uno de los tres partidos aparecerá con su propio recuadro en la boleta; es decir, los votantes de César Verástegui podrán decidir a cuál de ellos le dan su voto, y eso tendrá muchas implicaciones para el futuro.
El convenio firmado por sus dirigencias y registrado ante el Instituto Electoral de Tamaulipas señala que los espacios en el eventual gobierno de coalición se definirán en base a la votación que obtenga cada partido.
Por eso, aunque van en equipo, habrá también una competencia interna por meter e la estructura de gobierno el mayor número posible de posiciones.
El documento indica que de entrada, sea cual sea la distribución de la votación, en caso de ganar cada partido tendrá al menos una Secretaría en su poder así como el control de esa nómina particular.
Después, las demás carteras del gobierno se repartirían en base al porcentaje de votación que obtenga cada partido que integra la coalición.
Eso explica la insistencia de Edgar Melhem cuando les recuerda a sus militantes y simpatizantes que voten por el “Truko”, pero en el recuadro del PRI.
Con los resultados en la mano, vendría el primer gran reto para esa coalición: que el reparto de los espacios en el poder no les complique el desempeño en el gobierno.
Por lo pronto, entre los priístas que confían en la posibilidad de que la coalición obtenga el triunfo, ya circula la exigencia de que en ese caso, se reconozca a príistas “de verdad” y no a los que se cambiaron de barco desde mucho antes de que se autorizara la alianza.
En el otro equipo, el de Morena, PT y Partido Verde, las condiciones de su unión son muy diferentes.
Ellos formalizaron su alianza bajo el concepto de candidatura común. Es decir, Américo Villarreal Anaya ocupará un solo espacio en la boleta. El emblema que se imprimirá muestra en la parte de arriba en grande el logotipo de Morena y abajo, en la parte izquierda el del PT y por un lado el del PVEM.
En su caso, los votos por “Juntos hacemos historia” entrarán a una bolsa que obviamente le contará a su candidato, y después se repartirán entre los tres partidos para poder calcular entre otras cosas el acceso al financiamiento público que tendrá cada uno en la próxima elección, o la conservación del registro.
Pero claro, la distribución no será en partes iguales.
Según el convenio firmado por los tres, el reparto dependerá del porcentaje total de votos que consiga su candidato.
Si ese porcentaje supera el 38% del total de la votación emitida, al PT y al Verde se les acreditará -a cada uno- el 3.2% de sus votos. Y subiría gradualmente, pero hasta llegar al 4% si Américo supera el 42%.
El resto, obviamente, será para Morena.
Nada dice el documento sobre el posible reparto de posiciones en caso de llegar al gobierno.
Queda claro que ahí también llevaría mano el partido más joven de los tres.