TAMAULIPAS.- Hace poco la UNAM fue sede de un foro virtual de investigadoras, historiadoras y activistas feministas, el tema fue “Aclaraciones necesarias sobre las categorías de sexo y género” y esto generó más discusión mediática sobre lo que se pretendía dilucidar.
Las mujeres de lucha por los derechos humanos de todas las mujeres, intentaban hacer aclaraciones para legisladoras que crearon la confusión y provocaron reacciones contra las feministas.
En la cancha virtual, sin red, sin arbitro y sin protección se acuso a las feministas de transfóbicas, de intolerantes y escandalosas. Debieron salir a defenderse y hacer más precisiones. A pesar de que otras muchas opinamos que no debían hacerlo
Y en que paró todo, además de la pérdida de tiempo, en amarrar navajas, en ofensas a las expositoras y un hilo largo de desafortunada conversación de un tema importante que no se logró visibilizar.
En el recuento de los daños, debemos reflexionar sobre la acción civil feminista, que es horizontal, sin etiquetas, ni egos, es lucha contra las desigualdad, la invisibilización de nosotras, no una pugna ideológica, partidista, religiosa o futbolera, no somos iguales.
Si algo he aprendido de todas nuestras ancestras del feminismo es que juntas no nos hacemos daño, ni difuntas somos mejores, juntas hemos aprendido a ser sororas, empáticas entre nosotras.
Quizás no armemos un club de tobi, compadrazgos o negocios riesgosos, como hacen muchos machos, quizás no todas lleguemos a ser amigas, pero no somos enemigas, ni rivales.
Al sistema patriarcal que ha imperado por años, le conviene enfrentarnos, dividirnos, que ni se nos ocurra juntarnos, pero ya sabemos que juntas somos más fuertes.
Y podemos opinar de lo que queramos, expresarnos y manifestarnos, nos asisten los mismos derechos.