GUERRERO.- En la brecha de Guerrero ocurren sismos lentos que pueden durar hasta ocho meses. Se estima que ese movimiento ha evitado que se generen temblores de gran magnitud en periodos cortos.
Los sismos lentos son una inestabilidad en el contacto de placas tectónicas, y en México duran de seis a ocho meses. Este deslizamiento relaja la tensión entre las placas tectónicas de Cocos y de Norteamérica, con un movimiento imperceptible por el humano.
“Vamos a revisar los datos y confirmaremos que la ocurrencia de sismos lentos es relativamente frecuente y más o menos periódicos. Eso sería una explicación muy tangible del porqué ha pasado un gran tiempo desde el último gran sismo en la brecha de Guerrero”, dijo Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y líder del proyecto México-Japón que investiga el fenómeno.
Esto rompería con un escenario que ha preocupado a la ONU, ya que un reporte de la Cepal de 2016 calculaba que, ante la falta de sismos en la zona, se generaba una gran acumulación de energía y esta podría desencadenar un temblor superior a 8 grados.
En entrevista, Cruz Atienza comentó que también investigan “hasta dónde un sismo lento puede provocar una ocurrencia de un sismo potencialmente dañino”.
El proyecto detectó que, desde 2014, en los últimos cinco sismos de gran magnitud (mayores de 7 grados) de subducción en México, les precedió un movimiento lento.
“Bajo lo que hemos investigado podemos decir que (hay) una condición necesaria más no suficiente para romper un sismo peligroso, esa es la ocurrencia de un sismo lento antes”, explicó.
Precisó que no siempre a un sismo lento le va a seguir un terremoto. Ahora buscan el financiamiento para poner sismógrafos que ayuden al estudio y la prevención.
CON INFORMACIÓN DE HERALDO DE MÉXICO