Los albergues para migrantes en la frontera de Tamaulipas están rebasados, y lo que más preocupa a autoridades y activistas es que la situación podría empeorar dentro de poco ante la amenaza de una nueva oleada migrante cuando se elimine el Título 42 que permite a Estados Unidos expulsar en automático a los extranjeros que entren ilegalmente a su país.
La ocupación de los refugios se disparó esta semana con dos hechos distintos.
A Nuevo Laredo llegaron 529 haitianos con documentos que avalan su estancia temporal en México, y que buscan iniciar sus trámites para pedir asilo político en Estados Unidos. Ese grupo se suma a los que ya estaban en esa ciudad fronteriza, por lo que según responsables de los albergues, en estos momentos hay más de mil personas originarias de Haití.
Los recién llegados fueron distribuidos en siete albergues, que cuentan con vigilancia constante de autoridades estatales y federales para prevenir cualquier delito.
Ese mismo día, ante la magnitud del arribo, la Diócesis de Nuevo Laredo pidió ayuda a la población para prevenir lo que podría considerarse una crisis humanitaria.
“Ha llegado una gran cantidad de migrantes haitianos a nuestra ciudad, y nuestros hermanos necesitan de nuestra ayuda”.
Solicitaron apoyo para llevar desinfectante, mascarillas, artículos de higiene personal, desodorantes, papel sanitario, cepillo y pasta dental, además de toallas sanitarias, desechables y medicina de primera mano.
Esta nueva oleada de migrantes haitianos sería similar a la que ocurrió en septiembre del año pasado, cuando decenas de familias de esa nacionalidad atravesaron Tamaulipas a pie, o en caravanas, para intentar llegar a Estados Unidos.
Por esos días, se montó un campamento con miles de haitianos en Coahuila.
La segunda alerta que se encendió esta semana y que provocó la saturación de los albergues, fue el desalojo de casi 2 mil migrantes de diferentes nacionalidades (la mayoría centroamericanos) que habían montado un campamento en la Plaza de la República desde hace dos años.
El desalojo, encabezado por la Guardia Nacional, fue pacífico, pero puso en evidencia la necesidad de más espacios en los albergues oficiales y privados que existen en la frontera tamaulipeca.
De acuerdo a información oficial del Grupo de Coordinación para la Construcción de la Paz en Tamaulipas, ese día se trasladaron 1,600 personas a la Casa del Migrante Senda de Vida Uno, localizada a orillas del Río Bravo, con lo que el inmueble quedó al 100 por ciento de su capacidad.
A un kilómetro de distancia, está otro albergue recién construido, el Senda de Vida Dos, que también empezó a saturarse con el registro de 486 grupos familiares ya registrados.
El riesgo es que la situación política de Estados Unidos, la eliminación del Título 42 y el conflicto entre el gobierno federal y el de Texas hacen pensar que muy pronto llegará una nueva oleada, y no habrá espacio para recibir a los migrantes.
Por ello, activistas y las autoridades de Reynosa han pedido que el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) llame a los migrantes para dar trámite a sus solicitudes de asilo o de visa humanitaria, y así poder descongestionar los inmuebles.
Un flujo imparable
De hecho, el tránsito de migrantes a través de Tamaulipas hacia el norte del estado nunca se ha detenido.
El Instituto Nacional de Migración rescató del 1 al 30 de abril de este año a 2,136 personas extranjeras en su paso por el estado, de un total de 38 mil 677 migrantes detenidos en todo el país.
De este total, se contabilizó que 26 mil 593 son hombres y 12 mil 84 mujeres. 33 mil 221 son mayores de edad y 5 mil 456 menores de edad; de esta última cifra, 4 mil 129 son menores de edad acompañados por un adulto mayor y mil 327 viajaban solos.
Por tratarse de niñas, niños y adolescentes, quedaron bajo la tutela y protección del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de cada entidad en la cual fueron rescatados.
Los estados con mayor número de personas migrantes rescatadas son Chiapas, con 9 mil 351; Tabasco, 4 mil 191; Baja California, 4 mil 53; Ciudad de México, 3 mil 211; Coahuila, 2 mil 909; Veracruz con 2 mil 594; Tamaulipas, 2 mil 136; Nuevo León, mil 999; Puebla, mil 433; y Oaxaca, mil 291.
Continúa Quintana Roo con mil 238; Sonora, mil; Chihuahua, 741; San Luis Potosí, 600; Jalisco, 490; Estado de México, 358; Sinaloa, 214; Tlaxcala, 204; Yucatán, 105; Guerrero, 98; Hidalgo, 97; Zacatecas, 75; Guanajuato, 68; Durango, 63; Nayarit, 48; Aguascalientes, 37; Baja California Sur, 26; Querétaro, 24; Campeche, 17; Michoacán, cuatro; Morelos y Colima uno, respectivamente.
El otro problema es que además de los migrantes que cruzan de sur a norte para llegar a Estados Unidos, en las últimas semanas se ha acelerado la expulsión de personas desde aquél país.
Ante la próxima eliminación del Título 42, medios de Estados Unidos reportaron que la administración de Biden empezó a expulsar de manera silenciosa a cubanos y nicaragüenses hacia México; hasta 120 por día a través del Valle del Río Grande, San Diego, y El Paso.
Casi 35,000 cubanos fueron detenidos en los cruces fronterizos en abril, la segunda cifra más grande de un solo país, mientras que unos 12,500 nicaragüenses fueron detenidos en el mismo periodo.
En general, las autoridades detuvieron a 234,000 migrantes en abril, la marca más alta en 22 años.
Tamaulipas levanta “muro”
En ese contexto, en la últimas semanas, el gobierno del Estado ha implementado nuevas medidas para frenar el flujo migratorio que atraviesa el estado. Esto, luego de firmar un acuerdo con el gobierno de Texas para que éste eliminara las revisiones exhaustivas al transporte de carga.
La Secretaria de Seguridad Pública del Estado señaló que existen 10 rutas por las que los migrantes indocumentados llegan a la frontera tamaulipeca, y todas provienen de Nuevo León y terminan, sobre todo, en la región Ribereña, lo que además, es uno de los principales generadores de violencia para el estado.
Apenas el viernes se realizó el primer simulacro de un operativo binacional en los puentes internacionales de Nuevo Laredo, en el que participa la Policía Estatal de Tamaulipas y el Departamento Militar de Texas.
A partir de ese día, se reforzarán los recorridos y la vigilancia en ambos lados del río Bravo.
También desde hace unas semanas, en Tamaulipas se realizan acciones de vigilancia en carreteras, centrales de autobuses y ahora en los límites binacionales, dentro de la estrategia “Por Tamaulipas No”, que tiene como fin hacer un llamado a los migrantes para que no transiten por el estado, dadas las implicaciones sociales, económicas y de seguridad que representa el tráfico de personas en el estado.
La estrategia “Por Tamaulipas No”, contempla filtros de revisión en carreteras, presencia en terminales de autobuses y, como ahora, recorridos de vigilancia para detectar migrantes y, eventualmente, detener a quienes trafican con ellos para ponerlos a disposición del Instituto Nacional de Migración (INM) y, en su caso, a las autoridades ministeriales correspondientes.
POR Perla Reséndez
Expreso-La Razón