TAMPICO, TAMAULIPAS.- A un mes de haberse casado por segunda ocasión, el chófer de un tráiler falleció de manera misteriosa en el interior del Puerto de Tampico.
Ante tal situación, el representante legal de los hijos de la víctima, solicitó una audiencia al Juez de Control por omisiones del Ministerio Público.
El pasado 19 de agosto, uno de los hijos del señor Rolando recibió una llamada telefónica por parte de la empresa donde trabajaba su padre, para informarle que había pasado una situación extraña, había fallecido en el interior de la cabina del tráiler que tripulaba en los patios del Puerto de Tampico.
Se le hizo extraño porque Don Rolando estaba sano, casi todos los días tenían comunicación y nunca le externó algún malestar.
Debido a que viven en Chiapas, los hijos de la víctima llegaron a Tampico para efecto de reclamar el cuerpo ante la Unidad de Investigación Número Uno, pero el ministerio público les comentó que ya había sido entregado a su esposa de nombre Ana.
Argumentaron que se les diera el derecho de comparecer como hijos legítimos y quieren saber de qué murió el señor, ya que fue en un lugar público, sin antecedentes de salud.
Al investigar, los hijos del señor Rolando se enteraron que se casó hace un mes sin que les hubiera avisado, además cuando estaba con la supuesta esposa, ésta última le apagaba el celular para que no tuviera comunicación con ellos, solamente lo podían hacer cuando salía a trabajar.
Al llegar al SEMEFO, los hijos le dijeron a la esposa que querían llevar a su padre a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas para darle cristiana sepultura, pero la esposa indicó que jamás entregaría el cuerpo, que lo iba a sepultar donde ella decidiera.
La familia de la víctima aún desconoce las causas del deceso, quieren conocer si el Ministerio Público ordenó los peritajes correspondientes, en especial el examen de orina y conocer si el señor tomaba algún tipo de medicamento que le pudiera haber ocasionado su muerte.
Tienen temor que la esposa pudiera estar involucrada en una conducta ilícita, que ella misma pudiera haberle ocasionado la muerte.
Por Óscar Figueroa
La Razón