TAMAULIPAS.- Es cierto, Tamaulipas es de los estados que más aporta vía impuestos a la Federación y de los que menos retorno vía participaciones recibe, el reclamo del gobernador FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA ha sido permanente, hoy y en el futuro inmediato habría que reclamar además el desdén por las necesidades urgentes de la Entidad en comparación con los vecinos regios.
Así es mis queridos boes, igual que la zona metropolitana de Monterrey, la capital de Tamaulipas Ciudad Victoria sufre de los estragos por la falta de agua y la zona conurbada del sur, Tampico, Madero y Altamira viven al filo de la tragedia por la urgencia de obras hidráulicas para evitar inundaciones, además de la batalla constante por el agua para beber.
Para Victoria, una segunda línea de acueducto tiene de retraso 30 años, hace cinco, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR prometió en campaña que dicha obra se haría y el añejo problema desaparecería; casi 4 años en el poder no han servido para que el presidente destine un peso para el tubo que acercaría el agua.
En Tampico, los esteros de donde se alimenta la red hidráulica para consumo humano tiene severas fugas, la más sonada es la de El Camalote, pero como esté el resto.
Ya el año pasado la entrada de agua saldada al sistema, por falta de obras que tendrían que ser federales, porque esto es operado por por la CNA, provocó que de los grifos saliera agua de mar.
El botellón de agua purificada llegó a los 24 pesos y ni con eso se logró que los diputados de Morena, mayoría en San Lázaro pusieran un peso para las obras que ahí hacen falta.
Tampoco ha habido dinero para la reparación del cordón litoral, que ya ha sido rebasado en varias ocasiones y que un día puede inundar a la zona.
No, ni un peso para el acueducto de Victoria, ni un peso para el Camalote.
Ni un solo peso para nada de las obras hidráulicas del sur y eso que el presidente de la Comisión de Presupuesto es de Madero y responde al nombre de ERASMO GONZÁLEZ ROBLEDO.
No hay muchas esperanzas, la CNA a través de sus directivos ya advirtió que este año cuando se discuta el presupuesto para el 2023 no se tiene contemplado nada para lo que hace falta en el sur; es decir hay que seguir orando para que el litoral no reviente y que en los estereros de donde tomamos agua no terminen por ceder.
En Victoria todavía se tiene la esperanza de que el proyecto para la segunda línea del acueducto entre en la propuesta de presupuesto y le destinen algo para que comience por lo menos en el 2023, sino los capitalinos vamos a tener que seguir con la agonía por la falta de líquido.
Pero a los vecinos no los tratan igual los de la 4T, si a los vecinos de Nuevo León, ahí donde solo gobiernan un municipio, sin casi nada en el Congreso local y sus diputados federales son casi todos panistas y priistas.
Y es que para ellos, los gobernados en el Estado por SAMUEL GARCÍA de MC y por LUIS COLOSIO RIOJAS, también naranja en Monterrey, apenas este año gritaron: necesitamos un segundo acueducto de El Cuchillo a la zona metropolitana y va.
Dijeron rana y AMLO que salta, anunció que les llevará un acueducto, ni siquiera tienen que esperar a que se apruebe el presupuesto del año que entra, nombre ya arrancarán el mes que entra con la construcción.
No van a tener que esperar dos o tres años de construcción, el señor del Palacio lo prometió en 10 meses, nada de licitaciones, concursos, nada de nada, los regios lo necesitan y va.
Solo para que suba nuestra muina por las diferencias que hace la 4T con Tamaulipas y Nuevo León: allá el acueducto que están por arrancar y que para medio año del 2023 estará operando es de 114 kilómetros de distancia; el de acá que sabrá Dios cuándo lo van a autorizar y que dicen que duraría por lo menos 2 años y medio es de 54 kilómetros.
De ese tamaño es el reto para las autoridades municipales y estatales, para reclamar un mejor trato para la paisanada que en votó por AMLO y que de allá para acá nomas no ha recibido los beneficios que corresponden.
No, no se trata de pelear con los regios, se trata de exigir un trato igual por parte de la Federación que solo le regresa a Tamaulipas algo así como 30 centavos por cada peso que aporta a las arcas federales.
