TAMAULIPAS.- Nunca más se vale decir que cuando una mujer dice no es sí o qué cuando dice sí es quizás; en España fue aprobada la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, una iniciativa más de colectivas feministas que, desde hace cuatro años lucharon por esta legislación que tipifica la necesidad del consentimiento expreso. Ojalá que esta reforma corra como reguero de pólvora por el mundo y otras naciones hagan lo propio.
En 2016 los ojos del mundo vieron cómo se encendió el debate público en el país ibérico, por la violación grupal de una joven por parte de La Manada, un grupo de “chavales” que como pandilla se autonombraban así, cinco jóvenes que recibieron blandas penas debido a que su caso se consideró como abuso sexual y no como lo que fue: una violación grupal, este hecho movilizó a feministas, funcionarias y legisladoras y desde entonces comenzaron a la lucha por clarificar los términos jurídicos y sociales, con el grito “no es abuso, es violación”.
Ahora, aprobada ya por el Congreso, esta ley expresa que el consentimiento es lo que tiene que estar en el centro de todas nuestras relaciones sexuales, que ya ninguna mujer va a tener que demostrar que hubo violencia o intimidación en una agresión para que sea considerada como tal, y reconoce todas las violencias sexuales que sufre una mujer, como violencias machistas y por tanto el Estado deberá aportar una atención integral y de reparación del daño a todas las mujeres que son víctimas de estos delitos.
“El grito feminista del solo sí es sí y hermana yo sí te creo, se convierte en ley” ha dicho Irene Montero, ministra de Igualdad del gobierno español, quien considera este acto como un triunfo más de la organización de las mujeres y coloca a España en la vanguardia feminista.
Como todas las leyes, esta es también para los hombres, para todas las personas porque es un avance en los derechos humanos, son logros que suma el reclamo feminista para una justicia para todos.
Pero ¿qué tan lejos estamos de España?, ¿qué tan diferentes son nuestras legislaciones? bueno pues aquí hace apenas un par de años se avanzó en elevar las penas por feminicidio y por violación sexual, sin embargo, falta destrabar muchos términos legaloides que confunden y dan la pauta para que los violadores burlen la ley o les sean más leves las penas.
Además, falta mucho por concienciar sobre la denuncia, el bajo nivel de esta práctica favorece la impunidad. Casi el cien por ciento de los casos de violación sexual no llegan a conocerse, la poca confianza en la autoridad y en la aplicación de la ley, la secrecía familiar, el pacto patriarcal, la ceguera de género y la estigmatización social de la víctima son factores que inhiben la denuncia.
En nuestro país, con datos de México Evalúa, el año pasado aumento la cifra negra de violencia sexual contra las mujeres, y se reportó que el 99.7 por ciento de los casos no se denuncian. “Las ciudades que cuentan con un porcentaje muy cercano al 100 por ciento de cifra negra en estos delitos son Tlaxcala, Mérida y Tampico”.
Sabemos bien que las leyes en defensa de los derechos de las mujeres son más avanzadas en Europa, pero confiemos en que la ola feminista nos alcance, que aquí no importe más como vestías, donde andabas, que tomabas o que tan larga es tu falda.




