TAMAULIPAS.- Ayer se puso punto final al vano intento panista de tirar la elección del 5 de junio.
Aunque es verdad que aún falta que la Sala Superior revise, quizás discuta y vote otra impugnación -la del cómputo estatal con la que pretenden la anulación- eso no debería ser más que un trámite.
No hace falta ser abogado electoral para entender que si los siete magistrados de la Sala Superior avalaron en fast track los cómputos de los 14 distritos que había impugnado el PAN, estaría fuera de toda lógica que encontraran argumentos suficientes para tumbar una elección en la que entre el ganador y el segundo lugar hubo 88,431 votos de diferencia.
“Este arroz ya se coció”, me dijo ayer el abogado Andrés Repper, uno de los artífices de la defensa jurídica de este y otros casos que involucran a Morena en Tamaulipas.
Es cierto que el sentido del fallo así se esperaba, pero también valdría la pena reparar en las formas utilizadas por el máximo órgano de justicia electoral de la República.
Las 14 impugnaciones presentadas por Acción Nacional que pretendían invalidar los cómputos distritales, incluido el del ya famosísimo distrito 13, fueron desechadas de forma unánime.
No se invalidó ni un sólo distrito, ni una sola casilla.
Así, los magistrados federales le dieron la razón sin cortapisas, primero a los consejeros del IETAM, y después a los cuatro integrantes del TRIELTAM que en medio de fuertes presiones políticas y mediáticas se pronunciaron por avalar esos resultados.
También llama la atención la agilidad con la que se está dando trámite al caso Tamaulipas.
No se cumplió el escenario que muchos esperaban en el que la resolución pudiera llegar in extremis unas horas antes de la toma de posesión de la nueva administración.
Porque ahora es cuestión de días para que se agende la sesión en la que se validará la condición de gobernador electo de Américo Villarreal Anaya.
Se rompió la alianza
A la alianza Va por México le salió muy cara la defensa de Alito Moreno, a quien hasta hace unas semanas consideraban un mártir de la democracia.
Cuando un sector del priísmo exigía la cabeza de su dirigente, panistas y perredistas insistieron en arropar al ex gobernador de Campeche, que ayer los dejó colgados y puso al borde del abismo la coalición electoral, con la que pretenden primero ganar el Estado de México y Coahuila, y después la Presidencia de la República en el 2024.
La evidente operación política desde Palacio Nacional y Campeche para doblar al impresentable Alito, rindió sus frutos y podría tener sus efectos colaterales en Tamaulipas.
Sin querer queriendo o con plena premeditación, la fractura nacional entre el PRI y el PAN, amenaza con volver a modificar los equilibrios de fuerzas políticas en el Congreso local.
Ayer Edgar Melhem y el “Cachorro” reconocieron que algo pasa en su matrimonio.
Quizás el nuevo affaire de Alito con el Presidente sea el factor que le devuelva a Morena la posibilidad de pelear la mayoría en el Legislativo tamaulipeco.